miércoles, 19 de septiembre de 2012

El Chile que es y el que nos quieren vender

Septiembre es el mes de la patria, el anticucho, la cueca, el terremoto y el buen asado. Te Deum evangélico, católico, hebreo, musulmán, y un cuantohay, fondas oficiales y Parada Militar. Frases de buena crianza, llamados a la unidad nacional, a respetar y conservar nuestras tradiciones. Sin embargo, también es el mes de conmemoración del infame Golpe Militar, con las consabidas escenas de violencia en las poblaciones periféricas de Santiago y las capitales regionales, y la aparición de los gobernantes de turno horrorizados, rasgando vestiduras por “estos hechos de violencia incomprensible”.
Lo que realmente me parece incomprensible, es que a dos años ya del Bicentenario, aún no haya una reflexión seria y profunda de lo que han significado dos siglos de vida política “independiente”, una reflexión profunda de la historia de la República de Chile, las motivaciones que nos llevaron a la independencia, la forma elegida para organizar la República, los conflictos ocurridos desde el momento mismo de la independencia, y lo mas importante, cual es el ideario elegido para forjar nuestra conciencia nacional y social.
Mucha fiesta y celebración, jolgorio y por un momento, olvidar por un instante los problemas de la vida y hacernos, y con mucha razón, un merecido paréntesis. Pero una vez bailadas las últimas cuecas, las últimas cumbias, los últimos conchos de las botellas, quedamos ahí, y nuestras autoridades, ya sean rojos, amarillos o rayados, haciendo todo lo posible por excacerbar la celebración, y nada más.
Se nos indica a diario que debemos estar orgullosos de nuestras tradiciones republicanas, nuestra cultura, alegrarnos y agradecer por la sensación de orden que tenemos, nuestra moral intachable, y las odiosas comparaciones con el vecindario, lleno de caciques, populismo y caudillismo. “Estamos mejor que nadie”, “Nos falta poco para ser desarrollados”, y un eterno etcétera, etcétera, etcétera.
Para el bicentenario, el gran proyecto del gobierno fué construir aquél falo gigante, fiel representante de la megalomanía de muchos, para sostener nuestra bandera en plena Alameda de Santiago. Y por otro lado, el empresariado, representado por Horst Paulmann, construye otra gran falo en pleno Providencia, para demostrar a través de él, el poder y la gloria del éxito empresarial de Chile.
Muchos se preguntan, que diablos quieren demostrar. Una bandera gigante no nos hará mas patriotas, ya todos amamos la bandera y la colocamos en nuestro hogar. Para que la megalomanía de Paulmann, todos sabemos que el empresariado está nadando en doblones de oro.
Me detengo en la bandera. ¿Qué representa? Unos dirán, la República, el estado unitario, la independencia. Otros dirán, la sangre araucana, el azul del cielo y la nieve cordillerana. ¿Qué representa el 18 de septiembre? Ya me detuve hace un tiempo en varios post, englobados en este blog llamado “Chile, un estado, varias naciones”. Ya hablé de “Una identidad nacional dirigida”, “La destrucción de América”, “Sanchez símbolo del neoliberalismo” y “Guzmán el genio del mal”. Ya que estamos en septiembre, trato de invitar al lector a la reflexión. ¿Que es Chile? ¿Que representa nuestra bandera? ¿Somos una sociedad homogéna y cohesionada? ¿Somos un mosaico de culturas englobadas en un solo ideal ficticio?
Cada cual puede tener su propia respuesta. Pero una buena respuesta debe considerar la revisión de toda nuestra historia, desde un punto de vista crítico, no una repetición eterna de las mismas consignas manoseadas y repetidas hasta el cansancio. Si desconocemos nuestra historia, nuestro pasado, malamente entenderemos el presente que vivimos, y aún menos, intuir el futuro que nos espera. Chile está lleno de desafíos, muchos de ellos olvidados por 202 años de historia oficial y dirigida, otros latentes por décadas y acallados por esa noción de “El orden por sobre todo”. Tenemos el centralismo eterno de nuestra nación, la concentración económica, el conflicto con los pueblos originarios, la educación, el derecho a una salud y pensiones decentes, el uso de los recursos nacionales, la proyección económica al futuro, la viabilidad de la República de Chile como un país real e integrado. Todos temas acallados por mantener “El orden”, sin entender que el orden se construye entre todos: Un orden justo, es la mejor garantía para construir una sociedad pacífica e integradora.
¿Que queremos de Chile en el futuro? ¿Que todo siga igual? Puede ser. Pero ¿Estamos conformes con lo que tenemos, lo que se ha construido los últimos 202 años? Si queremos ser algo, pienso que debemos aspirar a cosas mas grandes. No mas mediocridad y chaqueteo. El conformismo, basado en lo lleno que estén nuestros estómagos, no es suficiente para construir una sociedad. Ya basta de ideales falsos, y construcciones sociales de cartón. Y no hablo del nacionalismo chovinista que pulula en las cúpulas políticas de la derecha y la izquierda. La segregación ha sido el pegamento que nos ha definido por demasiado tiempo, y la autosegregación, que ha moldeado nuestras mentes por generaciones, que es aún peor. Porque solamente mantenemos la desconfianza y el resentimiento, desde arriba hacia abajo, desde abajo hacia arriba, desde izquierda a derecha, y de derecha a izquierda.
Y no sólo es dinero. No solo los bienes materiales. El alma nacional está mal alimentada, vacía, transversalmente desde el segmento ABC1 hasta el E. Llenamos nuestro corazón con satisfacciones materiales, conquistas económicas y el ego del éxito financiero, con el siguiente menosprecio a quienes, por cualquier motivo, no lo alcanzan. Lo único que hacemos es jerarquizarnos, competir, ser mejor que los demas, sin importarnos los heridos que dejamos en el camino. Heridas que, en un círculo vicioso, solamente generan aún mas desconfianza, resentimiento y odio, contenido por el estado de derecho, y que explota con violencia en cada fecha sensible del calendario.
Esa es mi reflexión particular. Celebremos nuestra fiesta nacional, integrando a toda la nación, o todas las naciones que seamos, todos los que vivimos bajo esta bandera. El Chile de verdad que va mas allá de las empanadas, la chicha dulce o los asados a la parrilla. Ese Chile, mas allá de Lampa por el norte, y mas allá de Buin, por el sur. El egoísmo económico que nos ha sido enseñado e impregnado por generaciones, debe desaparecer. Todos debemos trabajar, pero todos tenemos derecho a disfrutar del éxito de nuestro trabajo. Caminemos de la mano, sin dejar a nadie en el camino. No demos pescado, pero enseñemos a pescar. Que los incentivos sean los correctos, que la satisfacción vaya mas allá de los billetes a fin de mes. Una ganancia inmaterial que nuestra alma nacional necesita desesperadamente.
Sigamos trabajando, sigamos compitiendo, pero sin olvidar que si eliminas a tu contendor, se acaba el juego. Y si lo humillas, algún día se vengará de tí. No desprecies al derrotado, ayúdalo a ser mejor. No te rías del ignorante, enséñale. Quizá, con eso terminamos con Chile. Pero tal vez, eso sería realmente iniciar un nuevo Chile.
Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores, dijo alguién por ahí. Ricos y pobres, civiles y militares, Chile es uno solo, dijo otro.
Superemos el tránsito salvaje del neoliberalismo. Forjemos una sociedad mejor, pero para ello, forjémos nosotros mismos. El resultado puede ser menos alentador en el corto plazo, menos rentable, pero de todas formas, será mucho mas sólido pensando en el tricentenario, si es que realmente queremos llegar a él.

viernes, 24 de agosto de 2012

Guzmán: el Genio del Mal

Resulta curioso, dentro del contexto de las movilizaciones sociales en Chile de los últimos años, con la constante crítica del sistema, la falta de discusión relacionada al origen de los problemas y complejidades que enfrenta el Chile de hoy, y la aplicación de enfoques de corto plazo tanto a futuro como al pasado, por parte de los actores enfrentados, especialmente desde la derecha recalcitrante, y de los mismo líderes estudiantiles o sociales. La falta de conciencia histórica podría ser explicada por la misma educación imperante en Chile, eduación ejercida sobre toda la sociedad, basada en los mismos principios cortoplacistas del régimen económico imperante.
En este sentido, si bien observo que los dirigentes sociales tienen una idea de que los graves problemas que Chile enfrenta hoy provienen de las descisiones impuestas principalmente en la dictadura, falta una cohesión en el discurso para unir las piezas y llegar a las claves del entramado politico, económico y social que nos legó la Dictadura de Innombrable.
Dentro de todo esto, cabe señalar en partcular, la poca conciencia que tiene la moderna sociedad chilena del papel clave jugado por Jaime Guzmán, quizá, a mi gusto, el personaje más importante de la política chilena de los últimos 30 años. Y no lo digo por ser un admirador de él, si no que todo contrario, su legado, ocultado al gran público, es una de las grandes cartas que aún posee la derecha recalcitrante para mantener las bases del sistema.
Y tengo esperanzas de que en las próximas décadas los futuros historiadores sean capaces de develar el gran velo que oculta la obra de este siniestro personaje. ¿Quién era Jaime Guzmán? La respuesta usual de cualquier chileno promedio sería obvia "Ni idea...", pero saltándonos esa obvia respuesta, la siguiente sería “El fundador de la UDI, senador asesinado por terroristas en 1991”. Hasta ahí, nada tan espectacular, pero nos lleva a dos preguntas fundamentales: ¿Qué es la UDI? Y segundo ¿Porqué los asesinaron? Muchos pasan por alto la figura de Guzmán, a sabiendas o no, prefiriendo mantener la idea de un personaje de bajo perfil, de aspecto cobardón, con anteojos gigantes y esa voz delgada casi femenina que a primeras no asustaba a nadie. Esa es la imagen que recuerdo de mi infancia, imagen que he ido cambiando con los años a medida que conozca más el horroroso legado de su vida. Para mí es el personaje determinante de la realidad nacional actual. Muchos dicen que no, es Pinochet el personaje, que para bien o para mal, ha marcado el país a sangre y fuego. Puede ser, pero analizando las consecuencias de las cosas, Pinochet fué solamente la cortina de humo, el palo blanco, el instrumento utilizado por Guzmán para imponer su ideario político al resto del país. Ese mismo bajo perfil es lo que lo protege hasta el día de hoy, ya que finalmente él sería la mano negra, que desde las sombras, moldeó las estructuras fundamentales del Chile del siglo XXI. Nació un día cualquiera de 1946, en Santiago (Era que no...) en el seno de una influyente familia chilena. Formado en una profunda educación religiosa, se tituló de abogado en la Universidad Católica en 1968.
En su época de estudiante, se opuso al movimiento estudiantil de 1967 y hasta intentó tomarse la Universidad para revertir las reformas. De esa época se convertiría en el fundador del Gremialismo, la base política de la futura Unión Demócrata Independiente (UDI).
Sin embargo, su salto al olimpo de la historia chilena ocurriría junto al Golpe Militar de 1973. Llamado a la comisión Ortúzar, se le encomendó junto a otros intelectuales afines a la derecha tradicional, a redactar una nueva Constitución. Lo cual era obvio, el objetivo esgrimido por la Junta para justificar su actuar era “El orden institucional quebrantado”.
Y esta es la médula del asunto. ¿Qué entendía la derecha pinochetista por restaurar un orden institucional quebrantado? Necesariamente debemos hacer un breve repaso de la historia institucional de Chile.
Los sucesos de 1973 deben analizarse en retrospectiva: que ocurrió en las decadas anteriores en Chile para desencadenar lo sucedido. Desde mi particular punto de vista, el quiebre institucional al que alude la derecha no ocurrió en 1973. Ocurrió en 1925. Porque a partir de ese año las instituciones empiezan a cambiar de dirección, hacia un crecimiento social distinto al del siglo precedente, y que finalmente constrapuso las bases fundamentales en un enfrentamiento de sobrevivencia. Sobrevivencia de la clase dominate tradicional, obviamente.
El Chile previo al que me refiero no es otro que el creado por Diego Portales en la década de 1830. Las historia oficial nos habla que con él se acabo el período de anarquía, especialmente el desprestigiado federalismo, y a través del establecimiento de un régimen cuasi dictatorial, se “salvó” a Chile de los grandes problemas del resto de Latinoamérica: el caudillismo y el populismo. Teniendo en cuenta, que esta visión “oficial” de las cosas, es la que han escrito en los libros de historia los mismo historiadores afines a la aristocracia y la burguesía nacional.
La verdad es que los primeros cien años de Chile fueron una pugna entre liberales y conservadores, dos grupos provenientes de la misma clase dirigente, pero con ideas opuestas de como administrar el país. Para unos, un fundo patronal igual al régimen colonial, y para los otros, lo mismo, pero con una puerta de apertura a la democratización, laicisimo y educación de las masas. Varias guerras civiles en medio, finalmente los liberales logran la supremacía desde 1860, sólo para ser destruidos por el conservadurismo patronal, en aquél deleznable período de estancamiento social llamado “Parlamentarismo”. Que de parlamentario era una especia de sistema Westminster, pero sin la Cámara de los Comunes... sólo los “Lords” chilenos, conocidos por todos como los mismos de siempre.
El estancamiento propulsó el surgimiento de un movimiento obrero y campesino que llevaría el final de este régimen en 1925, inaugurando un nuevo período anárquico hasta la llegada de los gobiernos radicales, o sea, socialdemócratas que supusieron por fin, el avance social, político y económico que necesitaba el país desde hacía un siglo atrás. Especialmente la industrialización olvidada por siempre por los grandes propietarios.
Pero como todo, el sistema se agotó, llegando nuevamente la derecha al poder con Alessandri. Un gobierno que no aportó nada y no supo lidiar con las necesidades que exigía el país. Entendiendo que el país había avanzado, y que un conservadurismo anticuado sería incapaz de superar.
Es así como llega Frei padre a La Moneda, apoyado por todos en desmedro de la Izquierda, ya que con su discurso moderado, prometía realizar las grandes reformas requeridas por Chile. En especial, la olvidada reforma agraria.
Las reformas dejaron a la mitad del país ampliamente instisfecho, el bloqueo de los grupos oligárquicos y conservadores, incluyendo a la Iglesia, impidieron cumplir el grueso de las promesas, lo que posibilitó la llegada de la Unidad Popular al poder. La frustración de las masas es lo que instaló el socialismo en La Moneda. Ni Kruzhev, ni Fidel. La gente requería un cambio, y el socialismo era la alternativa aplazada desde 1931, en la efímera “República Socialista de Chile”.
Este ciclo de extremización de las posiciones se puede explicar por la necesidad imperiosa de cambios, enfrentada a una recalcitrante idea de impedirlo, por parte de la derecha mas extrema. La radicalización estaba a la vuelta de la esquina. Y lo que pudo haberse arregrado décadas atrás por alguna política mas consensuada, se transformo el la certeza de la derecha de enfrentarse a su propia extinción. Un miedo mas paranoico que real, pero que influyó en tomar el curso de siempre: llamar a la Milicia a poner orden. Como tantas veces.
Por lo tanto, este “quiebre institucional”, interpretado por la aristocracia y la burguesía como el quiebre del sistema que defendieron desde siempre, debía ser enmendado por una medida radical, tan radical como el quiebre al que se había llegado. Es así, como se determina que la solución, no era dar solución a las demandas que la sociedad requería desde hacía décadas, si no que “refundar” el país, desde sus cimientos, y con una base lo suficientemente sólida para trascender a cualquier gobierno futuro.
En mi opinión, básicamente, esto se tradujo en borrar, de un plumazo, todas las conquistas sociales, políticas y económicas del país desde 1830, que con tanto sudor y sangre la sociedad debió pagar, pero una refundación acorde a los nuevos tiempos, y con posibilidades de sobrevivir en el largo plazo.
Me referí al principio al régimen portaliano. Pues bien, no es desconocida la admiración que la comisión Ortúzar tenía por esa parte de la historia. La idea de “orden” portaliano, un gobierno fuerte, centralizado, un autoritarismo con ribetes “democráticos”, un presidencialismo que le otorga al mandatario las atribuciones de un cuasi-rey...
Usted está loco, me diría alguien: léan el preámbulo de la Constitucion original de 1980, y entenderá de lo que hablo.
Pero en 1973 se vivían nuevos tiempos. La sociedad patronal y rural de 1830 no existía, el campesinado había disfrutado la distribución de tierras de Frei y Allende, los socialdemócratas habían creado en los años 1940 y 1950 una base industrial, y la economía mundial vivía un proceso de integración económica a través del comercio, y financiero, producto del abandono de Nixon de los acuerdos de Bretton Woods. Había que considerar esa parte.
Es así como asistimos a un triple proyecto derechista en los año 1970. Inmediatamente el Sr.Escribá de Balaguer aparece en Chile a plantar la semilla de su organización religiosa, el Opus Dei. Se abren de par en par las puertas a los Chicago Boys, para instaurar un nuevo régimen económico. Tiempo después Friedmann y Hayek aparecerían en persona a "aconsejar" a los nuevos gobernantes. Y se crea la comisión Ortúzar, destinada a dar el marco legal para soportar el nuevo Chile que se estaba creando: Conservador en su política, Neoliberal en su economía y retrógrado en su moralidad.
Y así es como aparece la figura de Jaime Guzmán, llamado ser el pegamento que amalgamaría esta triple fundación.
Todos conocemos la actuación de Pinochet. El sería el perro guardián del nuevo sistema, en encargado de dar “tranquilidad” a la oligarquía mientras ellos enunciaban su nueva obra.
Pero el estaría lejos de ser el ideólogo.
Guzmán, es finalmente, la clave para entender a la derecha y el sistema político de hoy, esa moralidad religiosa conbinada con el sistema economico mas injusto, justificado y defendido por el régimen político y legal creado por ellos mismos.
Posterior al cuestionado plebiscito de 1980, sin observadores electorales, sin colegio electoral, sin padrón, Guzmán se dedicaría a crear el mecanismo que se encargara de proteger políticamente su obra. Legalmente, ya estaba asegurado, pero necesitaba organizar en el largo plazo los defensores de la Constitución y el entramado económico-legal de la dictadura. Y esta organización no es otra que la UDI.
Y el mecanismo para perpetuar la UDI y evitar el fin del régimen... el sistema binominal, invento único y diabólicamente genial.
Recordado es el vínculo entre el gremialismo y la Colonia Dignidad de Paul Schaeffer. Y ahí él daba clases a sus acólitos, los futuros soldados del ejército político que es la UDI.
Han pasado mas de veinte años desde la salida de Pinochet. Una salida consensuada, con el dictador saliendo sonriente de La Moneda. Técnicamente, solamente cruzó la calle. Atravesó la Alameda de Santiago y entró a la Comandancia en Jefe del Ejército, justo al frente. Veinte años en que se han realizado avances, meros maquillajes que en algo han ayudado, pero en ningún caso, han cambiado las bases del sistema.
Por todo eso, Jaime Guzmán es el más grande genio político de los últimos 40 años. Y a veinte años de su muerte, seguimos viviendo, respirando y soportando el régimen que él instauró.

sábado, 7 de abril de 2012

Repudio a la Semana Santa


Estimados adictos a la Semana Santa, procesiones y misas del gallo:
¿Que pasaría si Jesús apareciera hoy de nuevo en la tierra.....?
1. Iría a darle esperanza a todos aquellos discriminados y olvidados por las Iglesias.
2. Se enfrentaría a los fariseos de hoy: Los obispos de la Metodista, la Pentecostal, Bautista, Billy Graham, y el resto de tele-predicadores... la generación de víboras.
3. Seria acusado nuevamente por el Sanedrín de hoy (La Congregación de la Fe en Roma, Ratzinger y sus sepulcros blanqueados) y nuevamente crucificado.
Así que sigan golpeándose el pecho, dándose cabezazos en las bancas, y jurando que Dios les dejara entrar al paraíso.
Amen.

¿Que les dirías, Jesús? ¿ Visitarías al Papa y lo felicitaría por su gran obra? ¿Hablaría con Billy Graham y le palmotearía la espalda, por lo bien que lo ha hecho?

Los religiosos hace tiempo han olvidado el espíritu del Sermón del Monte. Un mensaje de esperanza, misericordia a los olvidados, los golpeados, los desposeídos.

Solamente se encontraría con que su mensaje se perdió en la noche de los tiempos, y fue tergiversado y utilizado por los poderosos, en comunidad con la misma "Iglesia" para seguir manteniendo la opresión. Utilizado para nublar la mente del pueblo llano, llenarlo de mentiras, de culpas, de miserias, y justificarlo bajo el estudio de la palabra de Dios.

La Iglesia Católica, ya sea Romana u Ortodoxa, y sus hijas, las Iglesias Protestantes, desde el comienzo han copulado con el "poder temporal", han influido en la política y se han convertido en simples organizaciones terrenas, con objetivos terrenos, alejadas completamente del origen de las palabras de Carpintero.

Las mas grandes matanzas, los mas grandes crímenes, todo se ha justificado por defender "La Palabra del Señor". La misericordia, la templanza, la piedad, ha estado ausente desde el momento mismo que te fuiste, Carpintero.

Y el día de hoy, mientras el mundo de vuelca a las calles a recordar tu muerte, tu resurrección y tu palabra, dándose panzadas de pescado y mariscos para "no pecar", seguirá muriendo gente inocente, padeciendo hambre, sedientos de justicia, niños violados en los conventos, niñas violadas en sus casas, mujeres abortando de forma ilegal y sin derecho a asistencia sanitaria mínima, homosexuales prostituyéndose para vivir, los alcohólicos y drogadictos suicidándose poco a poco, todos sin esperanza, sin aliento, sin comprender que en este mundo, hace dos mil años, viniste a liberarlos ¿Y para que! Finalmente, fueron oprimidos por tus propios seguidores. Traidores. Tal como lo hicieron contigo, lo han hecho con tus palabras.

Oh Carpintero, tu sacrificio fue en vano. Por favor, perdónanos, porque ahora si que no saben lo que hacen. No vuelvas a este mundo, Jesús. Es solo un desierto, un desierto en que los oasis están llenos de poderosos y sacerdotes, mientras las vastas llanuras, tan resecas como las piedras que no quisiste convertir en pan, están llenas de desposeídos, olvidados y sin esperanza. ¡Otra vez!

domingo, 18 de marzo de 2012

Republica Federal de Chile: parte 1.5 a 1.8

1.5.El cuoteo de los representantes, cargos y funciones

La gran ventaja de concentrar el poder politico en un solo lugar, es la posibilidad de controlarlo mas facilmente. Un estado centralista dicta las ordenes hacia las provincias, que no pueden mas que acatar. Para ello dispone de un amplio sistema represor, la ley, y la economia dirigida.

La historia de Chile nos ha mostrado que, independiente de la corriente politica de uno u otro gobierno, tienen algo en comun: Los dirigentes son nacidos, criados y formados en Santiago. Y cada uno, impone su propia vision de la politica, desde un prisma santiaguino y centralista.

Las realidades de cada zona geografica requiere una comprension de cada espacio territorial y social, conocimiento que dificilmente se puede dar desde tan lejos. Asi es como tenemos intentos de explicar la realidad mapuche desde el concepto de lucha de clases, por el lado de la izquierda, o la idea de “chilenizacion” desde la derecha. Sin comprender que los mapuches son una nacion distinta y no integrada, debido a incentivos perversos que los obligan a aculturizarse o desaparecer.

De esta manera, la elite economica facilmente puede atraer a la elite politica, moldearla a su gusto y hacerla hacer, docilomente, lo que mas les convenga. Obviamente, en una relacion simbiotica en que ambas partes salgan ganando.

Es por ello, que esta Republica Autoritaria, portaliana y centralista, modelo siglo XXI, viene a ser una especie de “Imperio Romano” a la chilena, en que Santiago ocupa el lugar de Roma, la capital imperial, centro del mundo, origen de los patricios y tribunos de la peble. Y para administrar el pais, una serie de cargos ejecutivos o legislativos, otorgados a miembros de esta elite, que son enviados a lejanas provincias a imponer el orden y la autoridad de la Divina Ciudad.

Pero como esto es una “democracia”, el pueblo tiene la posibilidad de elegir, pero obviamente, elegir a representantes de la capital, que viajan a lejanas regiones para las campañas electorales, y viven en Santiago durante el resto del año, excepto, obviamente, en las votaciones legislativas de vez en cuando en Valparaiso.

El caso de los Intendentes y Gobernadores es aun peor, elegidos directamente “a dedo” por el Presidente de turno, que responden a el, y solo a el, y pueden ser removidos si pierden la “confianza” del Rey-Presidente, sin consultarle a nadie, y menos aun, a quienes debe representar.

A eso es lo que se le llama, extraoficialmente, una “dedocracia”.

Y asi vemos a senadores que dicen representar a Arica, pero son de Santiago, y viven en Santiago, ni siquiera en Valparaiso, sede legislativa. Otros, representan a Valdivia, y los mismo. Y peor aun, un mismo personaje que alguna vez represento a Santiago, aparece como candidato por Talca.

1.6.¿Un parlamento representativo?

Oficialmente, el contrapeso del Rey-Presidente es el Congreso Nacional. Un parlamento sacado de Santiago para llevarlo a Valparaiso (¡100 km de distancia?) en un “esfuerzo” y “ejemplo” de descentralizacion.

El asunto es que haber colocado la sede legislativa tan cerca de Santiago no soluciono nada, simplemente, agravo los problemas.

Los parlamentarios “representantes de regiones” simplemente, toman el auto, viajan un par de horas y OK, estamos en Valparaiso para “participar” del trabajo legislativo. Sin embargo, la movida de la politica esta en Santiago, por lo que finalmente, solamente viajan a votar. Las discusiones pueden esperar, lo importante son las votaciones.

Pero los parlamentarios estan obligados a hacer trabajo en sus distritos y circunscrip-ciones una semana al mes, donde supuestamente deben viajar y atender publico. Ese es el contacto que tienen con sus representados.

1.7.El inevitable sentimiento regionalista de las provincias extremas del pais.

Todo lo relatado hasta el momento, solamente puede generar un solo sentimiento mas alla del rio Maipo (por el sur), o el cerro Renca (por el norte): Abandono.

Arica, la ciudad de la eterna primavera, alguna vez peruana, ahora chilena, que con tanto orgullo los santiaguinos recuerdan a menudo en la gloriosa “Toma del Morro”, la Guerra del Pacifico contra “los cholos peruanos”, reclama hace años atencion por el gobierno central.

Calama, fuente del “sueldo de chile”, reclama por ser la ultima beneficiaria de las riquezas extraidas de su entorno.

Magallanes, recordada siempre por los historiadores santiaguinos en sus discursos de la “Toma de Posesion del Estrecho”, hace tiempo reclama mayor autonomia, tiene su propia bandera, y vive en un espacio interregional independiente junto a la Patagonia Argentina (Otra victima del centralismo, modelo “Buenos Aires”).

Copiapo, la ciudad minera por excelencia, origen de la gran revuelta de 1851 (Olvidada por los textos escolares de historia), ya ha adoptado como bandera regional, el estandarte de aquellos revolucionarios.

Aysen, tierra de pioneros, de chilenos “que hacen patria”, viven el aislamiento y el abandono, de manifiesto en el tsunami de 2007 (Si, hubo un maremoto en esa zona, pero casi nadie se acuerda), y reprimidos por Santiago cuando tratan de hacer escuchar sus demandas.

“Santiago es Chile” nos repiten desde niños en la escuela. No. Al reves. Santiago es Santiago. Chile no es mas que una inmensa provincia sometida.

1.8.Los torrentes financieros llegan a Santiago... y los riachuelos que vuelven a provincias.

¿Y para que todo este entramado? La respuesta es mas que obvia...

En la zona oriente de Santiago, orgullosa e imponente, se erigen como una suerte de “mini Nueva York chilensis”, el barrio financiero de la capital: Sanhattan.

Multinacionales, corporaciones chilenas, sedes y representaciones comerciales, todo parece girar desde esa pequeña parte de la ciudad. Rascacielos cada vez mas altos, parecen indicar el progreso de la nacion.

La verdad es que el dinero generado en cada region, ya sea por la produccion de cobre, de pescado, madera, oro, hierro, frutas, cereales, y todo lo que emana de nuestra “Copia feliz del Eden”, converge directamente a Santiago por dos vias.

Primero, independiente de donde se produzcan los productos, y del puerto que se exporten (Obviamente, en regiones), el pago de dicha mercancia es realizado a Santiago. Por otra parte, los tributos, llegan a la “Caja unica fiscal”, llamada Tesoreria General de la Republica, en Santiago. De este modo, Entre el Barrio Civio y el Barrio el Golf, se realiza casi la totalidad de las decisiones, publicas y privadas, de inversion y gasto, sobre la totalidad de las divisas e impuestos que genera el pais.

Y obviamente, quienes toman esas decisiones, no necesariamente piensan en devolverlas a sus centros de origen.

Por eso no es de extrañarse que casi la mitad del gasto e inversion publica sea realizada en Santiago. Y no es de extrañarse que los sueldos mas altos se concentren en un minusculo grupo de funcionarios del Barrio Financiero. Tampoco puede extrañar que los mejore Indices de Desarrollo Humano (IDH) se encuentren en las comunas acomodadas de Santiago, y que los mejores indices de calidad de vida esten ahi.

Simplemente, en esas comunas viven los politicos, y sus amigos los empresarios.

¿Que le queda a provincias? Bueno, el resto... lo que quede despues de distribuir lo necesario en Santiago. Ahora, que en la discusion del presupuesto nacional los parlamentarios digan otra cosa frente a las camaras. Esa es otra historia.

Los ultimos grandes proyectos proyectos urbanos del Ministerio de Obras Publicas han beneficiado a Santiago: el sistema de transporte integrado y las autopistas. Si fueron buenos o malos proyectos, es otra discusion, lo importante es que el dinero fiscal surgio de provincias, y se quedo en la capital, convertido en bloques de cemento que no se moveran de ahi.

Republica Federal de Chile: parte 1.4

1.4.Una élite politico-económica

Mucho me he referio a esta ambigua “¿organizacion?”. ¿Quienes son? ¿De donde salen?

Volvamos a los inicios de nuestra vida “Republicana” (¡?).

Corrian los años 1820 y la naciente Republica de Chile comenzaba el desafio del autogobierno. Chile empezaba en Copiapo y terminaba en Concepcion. El norte no era nuestro, al sur estaban los mapuches, Valdivia y Chiloe (Dependientes teoricamente de Peru, en realidad, los ultimos sobrevivientes del Imperio Español). Y mas al sur, independiente de lo que dijeran tal o cual mapa, un territorio internacionalmente considerado “Terra Nullis” llamado Patagonia.

Dos grandes bandos de patriotas, y dos grandes representativos territoriales. Por un lado, pipiolos y pelucones, y por el otro, Concepcion y Santiago. No hablemos de partidos politicos; afortunadamente, en esa epoca aun no existian.

La primera decada de Chile, en la historia oficial, es retratada como una “anarquia”, una especie de caos politico. Pero era obivo que asi fuera, de la misma manera que la primera decada de la Revolucion Francesa fue un adolorido y sangriento tira y afloja entre monarquia y republica. Aca necesariamente, y dolorosamente, seria lo mismo. Estamos hablando de un pais que por primera vez debia gobernarse por si y para si. Y todos tendrian sus propias ideas al respecto. La tradicion replublicana era nula, y caer en modelos autoritaristas era la solucion mas facil.

El asunto es que rapidamente, el bando Santiaguino se puso a la delantera, por sobre Concepcion y las restantes provincias. “Historicamente, la Real Audiencia estuvo asentada ahi, y la experiencia politica siempre se llevo a cabo en Santiago”.

Primer error.

La idea de Pedro de Valdivia siempre fue llevar la capitalidad al sur. Especificamente, la capital seria Imperial (La actual Carahue), en su afan de alcanzar Magallanes. Y estuvo a punto de lograrlo, si no fuese porque los mapuches (Nuestros valerosos mapuches tan olvidados hoy, la mitad de nuestra sangre, aunque muchos no lo reconozcan) se lo impidieron.

Durante la colonia, la residencia habitual del Gobernador era Concepcion, ya que ahi tenia acantonado el ejercito y podia mantener a raya a las tribus mapuches, con las cuales, en una suerte de tratado verbal (parlamentos), se les reconocio independencia aunque teoricamente aceptasen ser “subditos del rey”.

Santiago emergio como capital, simplemente, por estar alejada de la frontera, y con esa relativa calma, podria administrar mejor la colonia.

De alguna manera, una vez independizados, el bando santiaguino se impuso. El “experimento” federalista, que la historia oficial tilda de “gran fracaso”, ni siquiera fue tal, ya que, en realidad, nunca se llevo a cabo. Fue abortado antes de nacer.

La realidad es que en 1830 el bando “pelucon”, conservador-centralista-santiaguino, se impone a los “liberales”, partidarios del pluralismo y la descentralizacion. Portales “el organizador de la republica”, lo que impone es una suerte de dictadura constitucional, la base del gobierno que tenemos hasta la fecha. Era el inicio de la “Republica Autoritaria”. Yo lo llamaria, simplemente, dictadura encubierta.

Y para lograrlo, se apoyo en el bando mas cercano a sus ideas. Un bando que gobernaria sin contrapeso hasta el advenimiento de la “Republica Liberal”, en los años 1860, un interludio que moriria definitivamente a manos de la aristocracia, nuevamente, en la Guerra Civil de 1891.

El asunto es que ese es el origen de la elite politica economica del siglo XIX. Una elite que mantendria el latifundismo colonial, y se apoyaria en la exportacion de materias primas, modelo que agotarian hasta el cansancio hasta la llegada del salitre. ¿Dije agotarian? En realidad, simplemente cambiarian el producto, manteniendo el modelo.

Una elite aristocratica, basada en la posesion de la tierra, soportado por un campesinado embrutecido. Una aristocracia que no reinvertiria en mejoras productivas, que ignoro la revolucion agricola e industrial de Europa y Estados Unidos, que se daba fastuosos viajes por Europa, se sentia afrancesada y despreciaba todo aquello que significase “criollo”.

Pero los tiempos cambian y para sobrevivir, hay que adaptarse. El salitre les daria la oportunidad para mantener su sistema hasta 1925, en que la crisis hizo efecto, y comenzaria una nueva (pero muy corta) era de modernizacion, que seria acabada de cuajo por el golpe de 1973.

El caos economico y social de los años 1930 parecia ser el definitivo certificado de defuncion de la aristocracia, ya que el advenimiento de los movimientos socialistas y radicales llevaria al poder a un nuevo grupo de dirigentes que se preocuparon (Por fin) de la industrializacion del pais y el uso racional de los recursos nacionales, en pos del desarrollo. Surgia la CORFO, que seria la encargada de crear las industrias que hasta la actualidad, son el reflejo de ese impulso modernizador.

Pero no todo es eterno, y la modernidad entraria en franco conflicto con la aristocracia (En mancomunion con la Iglesia) al tratar el tema de la tierra. La reforma agraria era un requisito necesario, que se aplazo y aplazo hasta los años 1960. Asi, llegamos a Frei y Allende, la nacionalizacion del cobre y el golpe mortal de 1973.

Esa aristocracia, renovada con el influjo de algunos inmigrantes y empresarios que rapidamente se alinearon con ella, por fin tuvo la oportunidad esperada. Y en los años 1970 y 1980 tenemos una regresion de la obra radical-socialdemocrata de los años 1940-1950, con la privatizacion de las antiguas empresas CORFO (Obviamente, a favor de ellos mismos), la apropiacion de bienes supuestamente nacionales y la implementacion de un entramado politico-económico que puediese dar soporte a este “nuevo” modelo, que de nuevo no tiene nada, y que no es mas que una regresion a 1830: un sistema politico de corte portaliano (Constitucion de 1980), o sea, “Republica Autoritaria”, con un presidente omnipresente, estado unitario-centralista, y una economia neoliberal, basada en la exportacion de materias primas, y ademas rentista, concentrada en pocos recursos naturales, principalmente, la mineria del cobre.

Esa es la “elite politico-económica”, que no es otra cosa que “los mismos de siempre”, con un nombre mas tecnocratico, haciendo lo mismo, desde el mismo lugar y con las mismas herramientas.

Republica Federal de Chile: parte 1.3


1.3.Decisiones a miles de kilómetros de distancia

Cada cierto tiempo la naturaleza, inevitablemente, nos hace replantearnos la situacion administrativa de Chile. El afan centralista de la elite politico-económica obliga a concentrar en Santiago todos los organismos administrativos, financieros, e incluso logisticos, necesarios para el funcionamiento del pais. Y cuando ocurre un terremoto tipo 8,8 de 2010, caemos en la cuenta de que el sistema, simplemente, no funciona. Asi vemos el lamentable espectaculo de un Presidente, un grupo de Ministros, y una serie de funcionarios especializados absolutamente ignorantes de la realidad nacional, tratando de seguir gobernando en un entorno sin comunicaciones, sin conocimiento de nada, imaginando (Porque no les que otra alternativa) que puede estar pasando mas alla de la comuna de Santiago. Como diria alguien posterior al evento de 2010 “Durante varios dias, no habia gobierno de ningun tipo en las zonas afectadas”. Caos total.

Y es obvio. Concentrar las decisiones clave y urgentes en un solo lugar, alejado de los terriorios donde realmente estan ocurriendo los hechos, requiere de una logistica casi perfecta, a prueba de fallos, infalible. Infalibilidad, que obviamente, nuestra elite nunca ha sido capaz (Y nunca lo sera) de ofrecer.

De esa manera encontramos absurdos como la fijacion de precios al gas natural magallanico, producido en Magallanes, vendido en Magallanes, y consumido en Magallanes... desde Santiago, sede oficial de la Empresa Nacional del Petroleo, y del Ministerio de Energia, por personeros que no conocen la realidad magallanica, y que probablemente, con suerte, sepan ubicarlo en el mapa.

Ejemplos hay muchos, pero una cosa es cierta: No pueden concentrarse las decisiones en Santiago. Finalmente, la gente de Santiago, solamente conoce Santiago, la realidad Santiaguina, y dificilmente, se les puede pedir mas. El Ministerio de Transporte vela por el cumplimiento y ejecucion del Transantiago, mientras el transporte en provincia es deplorable. El Ministerio de Energia vive preocupado del abastecimiento de Santiago, sin considerar a las zonas productoras. El Ministro de Salud, de visita en los hospitales de Santiago, sin imaginar la crisis que se vive en regiones.

Santiago tambien es perjudicada por el centralismo. Una ciudad de esas dimensiones requiere un gobierno especializado, que realmente sea capaz de asumir los desafios que requiere. Pero el modelo centralista exije una sola entidad, que debe lidiar con los problemas de la capital, que son muchos, y las multiples realidades de la “loca geografia” nacional. El resultado: es imposible. O una cosa o la otra. Si se hace una cosa a la vez, podria funcionar. Pero hacer todo, con los mismos recursos, sencillamente no se puede. Simplemente, la estructura de ministerios no da abasto.

Y la solucion no es hacer mas grandes los ministerios. La solucion es descentralizar la toma de decisiones. No sirve de nada una estructura de Intendentes, SEREMIs y demases, que intentan replicar el gobierno nacional en las regiones, por la simple razon que la decision final es tomada en una oficina en Santiago... quedando los SEREMIs e Intendentes en una posicion de “meros informantes”.

El unico beneficiario, parece ser la famosa y majaderamente mencionada“elite politico-económica”.

Republica Federal de Chile: parte 1.2

1.2.Decisiones para Chile o para la capital

Obviamente, las viscisitudes historicas que han dado lugar a este largo y angosto pais, de 4.000 kilometros de largo llamado Chile, ha sido posible con la incorporacion de territorios, climas, vegetaciones, pueblos, en fin, realidades distintas, complejas y variadas respecto al “ideal” homogeneo de la zona central. Lo razonable hubisese sido, para mayor éxito en la incorporacion de territorios, una administracion en funcion de las necesidades de dichos territorios. Pero la verdad es, que la concepcion misma de dicha incorporacion, desde el comienzo, tenia como objeto satisfacer las necesidades de la capital. La guerra del pacifico, la “pacificacion” de la Araucania, la incorporacion de Magallanes, solamente respondieron a objetivos trazados desde Santiago. Los flujos economicos que saliesen de estas nuevas adquisiciones irian a parar directamente a las arcas fisacales asentadas en la capital, y recien ahi, se haria alguna “distribucion” al resto del territorio.

De esta forma, las riquezas del salitre, por ejemplo, terminaron en su totalidad llegando a mercados en Europa o Estados Unidos, y los flujos financieros, en los bolsillos de los empresarios que explotaban dichas riquezas, que hay que recordar, eran en su mayoria capitales extranjeros, principalmente britanicos. La elite gobernante, desde Santiago, solamente recibia un pequeño gravamen, que, dado los grandes volumenes de produccion, era aparentemente alto, pero que requeria una alta demanda exterior. Esta miopia de la clase gobernante seria la que transformaria a Chile en un pais rentista a comienzos del siglo XX, y atrasado en el desarrollo de su sistema economico, y explicaria la grave crisis economica, politica y social que caeria sobre el pais al terminar la Primera Guerra Mundial, ante la caida abrupta de la demanda del salitre frente al salitre sintetico, mas barato, y producido en los mismos centros de consumo europeos.

Los gobiernos santiaguinos de la epoca, nada hicieron para reinvertir esas riquezas en las mismas regiones donde se explotaban. La caida del salitre trajo como consecuencia un inevitable “efecto boomerang” contra la capital, con miles de obreros emigrando hacia la zona central, sin empleo, sin dinero. La crisis del salitre despoblo el norte y lo sumio en una grave crisis que solamente se superaria con el inicio de la gran mineria del cobre, treinta años despues. Nuevamente, una politica rentista sin reinversion en la zona de explotacion, situacion que se mantiene hasta hoy.

Otro ejemplo es la incorporacion forzada de los territorios mapuche al sur del Biobio, que comienza con la colonizacion alemana de la region de Los Lagos y finaliza con la guerra sucia llevada a cabo por el ejercito en contra de la resistencia mapuche. En ningun momento hubo alguna intencion de absorber o incorporar a la poblacion local, simplemente, desplazarla por la fuerza y reemplazarla por inmigrantes “mas productivos”, obviamente, desde la optica centralista de Santiago. La Araucania se transformaria en “el granero de Chile”, lo cual, finalmente, significa simplemente “el granero de Santiago”, destino final de la produccion agricola de la zona. No hay porque extrañarse por el sitial que tienen los grandes latifundistas de la zona mapuche en la politica Santiaguina del siglo XXI.

Republica Federal de Chile: parte 1.1

1.1.Un territorio homogéneo: El ideal de Santiago

Curiosamente, Pedro de Valdivia nunca quiso quedarse en Santiago. Su objetivo siempre fue el sur. La conquista del estrecho de Magallanes. No sabía la enorme distancia que mediaba entre su sueño, y el famoso estrecho. Llegó hasta la Región de los Lagos, y planeó y fundó la que sería su capital: Imperial, actual Carahue, en plena Araucanía. Todos conocemos el resto. Derrotados, las huestes españolas huyeron al norte y se aprontaron a defenderse con uñas y dientes de Lautaro y sus huestes. Pero el destino dijo otra cosa y finalmente, la Frontrera se equilibró en el Río Biobío. Y Concepción, como residencia del Capitán General en guerra, se transformo en la capital de facto, mientras la Real Audiencia, por seguridad, se quedaba en Santiago, la capital oficial.

Llega la independencia y estalla el choque entre Santiago y Concepción. Pero un país sin vías de comunicación, pobre, agrícola, necesita un centro de poder fuerte. Y a partir de entonces, la historia de Chile, es la historia de Santiago.

Detengámonos aquí. Al momento de la independencia, si bien existía una cierta diferenciación regional, las jóvenes repúblicas distaban mucho de tener una conciencia nacional clara. Ni siquiera las fronteras estaban definidas. Como Imperio Español, todo era de España, asi que los límites pasaban a ser un problema como tantos entre Virreyes y Gobernadores. Además que las fronteras naturales y las distancias, hacían el resto.

El sueño de Bolívar de una gran nación americana se esfumó en medio de conflictos de interés de cada naciente cúpula de poder local. Y finalmente, cada grupo de criollos, tal cual como patrón en su fundo, formó cada nación a su entero beneficio. Como ni siquiera habían nombres claros para cada territorio, se inventaron algunos de acuerdo al gusto y el patriotismo de cada cual. Nueva Granada se separa en tres. “Ecuador”, porque estaba justo sobre dicho paralelo 0º, “Colombia”, en honor al descubridor del continente, “Venezuela” o Venecia Chica, parecía ser la única con al menos un nombre distintivo. Y el Virreinato de Buenos Aires: “Bolivia” en honor al gran prócer, “Paraguay” por el río, “Uruguay” por otro río, “Provincias Unidas del Plata”, el resto… Nombres muy claros en definir cada futura “nación” independiente.

Pareciera que solamente Perú y Chile eran los únicos territorios con, “al menos”, un nombre representativo.

Pero ¿Qué era Chile en 1818? Un pequeño territorio que empezaría en el río Copiapó al norte, y terminaba en el Biobío, al sur. Más allá, el territorio de los mapuches, el enclave de Valdivia, administrado directamente desde Lima, y Chiloé, también desde Lima (supuestamente).

Había solamente cuatro ciudades importantes: La Serena, Valparaíso, Santiago y Concepción. El resto, haciendas, latifundios y terrenos subexplotados y con poca población. Con mayor o menor grado, la población étnica era la misma, o sea, criollos, mestizos, negros, un idioma común, y solamente dos regiones climáticas: El norte, árido, y el centro, templado y mediterráneo. Un estado centralista parecía ser la primera opción, ya que el territorio no era tan grande, unos 180.000 km2, de cuales cuales, casi toda la población se encontraba entre el Elqui y el Bíobío.

Pero el nuevo país estaba lejos de ser algo homogéneo. Éramos por mucho, el país mas remoto y atrasado del viejo Imperio. Un país agrícola, disgregado, con marcadas diferencias sociales y económicas. En resumen, un país muy pobre, económica y culturalmente. Buenos Aires, Bogotá, Caracas, y por sobre todo, Lima, eran ciudades del mundo, grandes y con una élite que nada podía envidiarle a otras capitales europeas. Santiago era de adobe, de barro, de cañas, al igual que el resto, con la diferencia que en Santiago vivían las familias de los libertadores, y las mas importantes familias del país, cercanas a la Real Audiencia y el poder. Y además, una elite con ambiciones: conquista de la Frontera, y expansión a Valdivia y Chiloé, y porque no, hasta Magallanes.

Pero esto solo podría materializarse con una nación cohesionada. Y así, surge el mito de la homogeneidad del chileno. No importa donde vivas, tus raíces son, y siempre estarán, en la zona central. El huaso, la cueca, el vino tinto y la empanada. Y que mejor ejemplo y centro de la chilenidad, que la capital, resumen de todo lo que es Chile.

Puede haber sido verdad hace doscientos años. Pero las cosas cambian. Y mucho.

Para empezar, Chile necesitaba metales para desarrollar alguna industria. Y ahí aparece Claudio Gay, Ignacio Domeyko y otros a explorar las riquezas del norte. Un norte árido, desértico, sin huasos ni chacras, habitado por pueblos indígenas que habían logrado sobrevivir a 300 años de exclusión, explotacion y abusos.

Paralelamente, la conquista de Valdivia y Chiloé, la reducción de los huilliches, y al colonización alemana y austríaca en el sur.

Y tambien llegamos a Magallanes. Se cumple el anhelo de Valdivia, y llegan colonizadores croatas, rumanos, húngaros… que acaban rápidamente con onas, patagones, tehuelches y cualquier aborigen que osara pasarles por delante (de sus fusiles).

Luego, la Guerra del Pacífico, con lo que la frontera norte se expande hasta Arica, incorporando nuevos pueblos, culturas y realidades.

Y finalmente, otro doloroso capítulo aun no resuelto: la “Pacificación” de la Araucanía.

En menos de cien años, Chile es el país mas largo del mundo, 4.000 kilómetros continuados que abarcan casi todas las zonas climáticas y topográficas que se pueden encontrar en el planeta. La copia felíz del Edén.

El territorio ha cambiado. La gente ha cambiado. Han llegado nuevos habitantes, otros han sido integrados a la fuerza. Pero dos cosas siguen iguales: el mito de la homogeneidad, y la centralización política en Santiago.

Republica Federal de Chile: parte 1


Primera parte de un ensayo de 6 partes que estoy preparando.

Este breve ensayo tiene por objetivo presentar el centralismo que aqueja históricamente a Chile como uno de los principales obstáculos que impiden un verdadero y pleno desarrollo nacional. Se propone un nuevo modelo de administración territorial federal, pero también se comentan los escollos que tendría realizar este necesario proyecto.

1.El centralismo: el cáncer del Chile

Transantiago, televisión abierta, radios, prensa escrita, instituciones culturales, grupos empresariales, centros de negocios, universidades… Pareciera que todo lo que ocurre o no ocurre, todo lo que se discute, lo que no se discute, los grandes negocios, los grandes acuerdos, las grandes hazañas deportivas, la farándula, la música, el arte, todo, absolutamente todo, ocurre dentro de los 800 km2 que conforman el Gran Santiago. La prensa nos informa delitos, hechos, buenas o malas noticias, deportes, y un cuanto hay, empezando por Santiago, y terminando en Santiago. Es como si la capital, realmente, fuera la base única sobre la cual existe Chile. Las provincias, solamente son mencionadas cuando un hecho muy grave ocurre, para el turismo veraniego, las postales que se venden en el extranjero, o simplemente, para entregarle recursos, materias primas y energía, a ese gran consumidor llamado Santiago de Chile. Cuando un hecho grave ocurre en vialidad, es el Ministro de Transportes el que in situ se preocupa en persona de dar solución. Si hay una crisis de salud pública, el Ministro de Salud pone la cara. Si ocurre un grave hecho delictual, o un gran operativo policial, es el Ministro del Interior quien nos informa en directo de los detalles.

Pero… Cuando ocurre un hecho similar en Punta Arenas, Osorno, Ovalle o Calama… ¿Quién se entera? ¿A quién le preocupa? Es como que las regiones solamente fueran relevantes solamente para las grandes campañas electorales, sean municipales, parlamentarias o presidenciales. Obviamente, coordinadas, planeadas y ejecutadas desde los comandos centrales de cada partido, dentro de los límites del Gran Santiago.

Pero tranquilo, me diría cualquier político de cualquier bando. Tenemos el parlamento. El lugar donde todo el país está representado. Y además, dicho parlamento se encuentra fuera de Santiago, en Valparaíso, puerto principal. Un parlamento formado por representantes elegidos localmente por cada uno de los distritos o circunscripciones senatoriales en que está dividido Chile. Políticos profesionales que provienen de todos los rincones del país, y legislan en consecuencia.

Mentira. No es verdad. Es sólo letra muerta.

La gran mayoría de los parlamentarios es de Santiago. Viven en Santiago. Nacieron en Santiago. O han vivido gran parte de su vida en Santiago. Se educaron en Santiago. Viven por, y para Santiago.

Ejemplos hay muchos. Un senador por Talca, alguna vez precandidato presidencial, pero que vive en Santiago. Y que en alguna elección anterior, postuló en Santiago. Cuoteo político santiaguino. Un diputado, esposo de otra diputada, electo en el Norte Grande. Pero, obviamente, educado, criado, casado, y que vive en Santiago.

Y por ello no sorprende que grandes proyectos y fracasos económicos o políticos, ocurran por o desde Santiago. El famoso Transantiago. Millones de dólares a la basura en déficits y mas déficits, en un sistema cuya idea era buena, pero su ejecución, un desastre. ¿Quién paga los platos rotos? El fisco. Pero… ¿Impuestos solo de Santiago? No. El fisco es uno solo. Dinero de todos los chilenos. El Proyecto HidroAysén, bueno o malo, ha sido pensado, planeado desde siempre, desde un comienzo, para abastecer a Santiago de energía. Porque Santiago no es capaz de producir la propia. Es un importador neto de energía. Y con un amplio margen. Un proyecto que involucra a siete regiones de Chile, solamente, para abastecer a Santiago. ¿Le preguntaron a las regiones? Obviamente no, el capital y la política se mueve solamente en los tres o cuatro kilómetros que separan el Barrio Cívico de el Barrio El Golf. En el Gran Santiago.

Tras cuatrocientos años de historia, y doscientos años de vida republicana, Santiago se ha convertido no sólo en la ciudad mas grande del país, con el 40% de la población viviendo en sus límites, sino que es el centro político-económico y cultural de la nación. Consume cerca de la mitad de la energía, alimentos, y recursos de todo tipo para seguir funcionando. Es una metrópolis que se abastece en su gran mayoría, desde otras regiones. Es un importador de energía, alimentos, y materias primas. De la misma manera que los países industrializados compran materia prima barata y venden manufacturas caras, Santiago es nuestra metropolis, nuestro rector, nuestro guardián, nuestro consumidor y nuestro vendedor.

Y tenemos noticias. El poderoso lobby de la construcción, ya ha logrado la aprobación de la Intendencia Metropolitana para hacer crecer aún más a este monstruo. Diez mil nuevas hectáreas, de antes terrenos fértiles, para transformarlos en parte de esta jungla de cemento. Porque las proyecciones ya están: En los próximos diez o quince años, Santiago alcanzará la estratosférica cifra de 8.000.000 de habitantes. Una LOCURA, por donde se le mire. La cuenca de Santiago no tiene agua suficiente para abastecer tanta gente. ¿Soluciones? Probablemente, la capital, en un futuro no muy lejano pase a ser también, un importador neto de agua.

¿Y que pasa con las regiones? Ampliamente postergadas, salir de la capital es simplemente viajar a otro país. Y para un provinciano como yo, viajar a Santiago es viajar a otro país. Ninguna ciudad de Chile, ninguna, puede equipararse en desarrollo urbano, vial, cultural, económico, o simplemente, desarrollo humano. Y no solamente por las dimensiones, el tamaño, si no por la calidaD de los servicios que uno espera encontrar en cualquier ciudad medianamente desarrollada. Compare las autopistas de Santiago, su centro histórico, su barrio financiero, su estación de ferrocarril, sus museos, la Biblioteca Nacional, sus hospitales y clínicas, privadas o públicas, sus universidades, su sistema de transporte, la infraestructura en general. Nadie puede competir con la capital. Nadie.

Y el efecto es un círculo vicioso. No hay incentivos para vivir en regiones. Inmigremos a Santiago. Y esta pérdida de capital humano, simplemente, deja las provincias aún peor paradas para enfrentarse y soñar competir con la capital. Los mejores trabajos, los mejores salarios, la mejor vida nocturna y cultural, la mejor infraestructura deportiva, la mejor atención de salud, solamente se encuentra en Santiago.

Y la desigualdad aumenta día a día. Y no solo eso. Santiago el el dueño de las regiones. En Santiago están las casas matrices de cualquier empresa que se precie de ser importante. Bancos, comercio, retail, minería, transporte terrestre, marítimo, aéreo, farmacias, casinos, entretención, telefonía, todo, todo es dirigido y controlado desde Santiago. Las regiones solamente se limitan a operaciones extractivas o industriales. Pero el destino del dinero, los impuestos, y las mercancías es, ineludiblemente, Santiago. Toda la ganancia, sea consumo interno o exportación, es acumulado en Santiago.

Pero eso no es tan malo, diría cualquier ejecutivo de alguna empresa. Eso es, simplemente, ahorro de costos. Eficiencia. Los servicios en Santiago, la producción en regiones. Pero entonces ¿Qué clase de país es este? Y el famoso discurso del desarrollo. Con esto nos desarrollamos y crecemos. Si Santiago crece, Chile crece. Obvio. Santiago, definitivamente, es Chile.