martes, 4 de octubre de 2011

Alexis Sanchez, símbolo del neoliberalismo


El fútbol es un deporte hermoso, que nos obliga a desarrollar valores como el trabajo en equipo, el compañerismo, la amistad, la solidaridad. Como cualquier deporte de equipo, la unión de los miembros es vital para el éxito del conjunto.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, y quizás como consecuencia del profesionalismo, y la necesidad de obtener auspicios y financistas, se ha ido agregando paulatinamente otro tipo de valores, de creencias y deseos contenidos y creados en la gente alrededor del fútbol. Como si el planeta fútbol fuese un mundo aparte fuera de la sociedad real, se nos ha impuesto, o mejor dicho, se le ha transformado en un nuevo medio de presión sobre las masas, en una nueva forma de opresión a través del embrutecimiento y la estupidez social.
Y es que en una tendencia transversal a cualquier éxito deportivo, pareciese que las grandes estrellas del deporte cada vez son mas servidores de los medios de comunicación, que a su vez, son esclavos de las fuerzas fácticas que realmente nos orientan y "educan" diariamente según sus propósitos.
Mientras las protestas estudiantiles arreciaban en Chile, TVN nos presenta en Informe Especial un reportaje de “última hora” sobre Alexis Sanchez y su llegada a Barcelona (Sacando de súbito un reportaje del terremoto en Japón). La transferencia de Alexis, titular indiscutido en la televisión, radio y prensa escrita. Las especulaciones sobre el futuro contrato de Alexis, primera plana en todos los noticiarios. Alexis se puede ir a Manchester City, titular. Alexis se va a Barcelona, titular. Alexis se va a Juventus, titular. Un mes completo de idiotización mediática, con Alexis de señuelo.
Mientras tanto, importantes informaciones pasaron diluidas por completo. Aparentemente, la crisis estudiantil, el conflicto mapuche, el conflicto en Rapa Nui, el veto de muchos alcades de derecha a los anticonceptivos en los consultorios, y tantos temas necesarios de debatir y resolver, no existían. Simplemente, Alexis es el símbolo del muchacho pobre, que con esfuerzo y gracias a su talento sale adelante y accede al sueño de ser uno de los afortunados de nuestra sociedad.
Porque eso es lo que tratan de "encajarnos" a la fuerza o por la razón de la sin razón. Todos, si seguimos el ejemplo de Alexis, podemos llegar a la cúspide, independiente de la cuna o la familia en que te tocó nacer. Chile es un país de oportunidades, y si no tocas la cima, es simplemente porque te esforzaste poco. Eres un flojo, un haragán y un perdedor. Solamente los talentosos llegan al cielo. Y si no está ahí, es porque no lo mereces.
Alexis no tiene la culpa. Simplemente es víctima (sin saberlo) del neoliberalismo. Porque la principal fuente de éxito del neoliberalismo extremo -modelo Chicago boy- que vivimos es la educación.
Si, desde el punto de vista neoliberal, Chile es un éxito. Porque el éxito se mide en base a los objetivos propuestos. El objetivo del neoliberalismo en Chile y el mundo, es, fue y será, MANTENER el statu-quo de los propietarios del capital. Mantener la desigualdad ente los patrones y los trabajadores, dentro de un mismo país, y mantener la desigualdad entre países, a nivel global. Algunos países son aportantes de materia prima, y otros, productores de bienes finales. Y otros, son los dueños del capital. Así funciona. Las relaciones asimétricas deben mantenerse, para mantener el entramado en pie. Cualquier cambio, es malo, es malo para la "economia", ya que la homologación de estándar de vida entre países, y al interior de los países, diluye la estructura jerárquica necesaria para que el sistema funcione, y "crezca", ad infinitum.
Así, desde un punto de vista social, desigualdad, discriminación y pobreza son un fracaso. Pero esos no son los objetivos que persigue nuestro modelo económico. Son parte necesaria e integrante del éxito del sistema. Su eliminación, es negar el sistema que tenemos. No existe una economía social, existe, y repito majaderamente, una economía de mercado neoliberal. Economía social de mercado puede que exista en Suecia o Finlandia. Según sus estándares, somos un fracaso como sociedad. Pero no para nosotros. Somos un producto exitoso, y además, exportable.
Y la "educación" es parte fundamental. y Alexis, es parte de nuestro sistema educacional. La educación no se imparte en las escuelas o universidades. Ahí solamente se imparte "capacitación", diferenciada según lo que el sistema neoliberal ha definido como objetivos educativos: la élite recibe educación para asumir su función de élite. El pueblo llano, recibe capacitación para llenar los puestos de trabajo necesarios para mantener el sistema (Sean obreros, técnicos o profesionales). La verdadera educación neoliberal está en la televisión, la prensa y la radio. Porque los valores neoliberales (competencia, envidia, consumo) nos son entregados a diario a través de ellos.
Y sí, Alexis es nuestro profesor y maestro. Nuestro punto de referencia. Debemos ser somo él.
Cualquier alusíon a igualdad, dignidad, solidaridad o equidad, no caben dentro del esquema. Son valores de ociosos, perdedores y mal educados. Los valores de la élite, son los valores que todos debemos venerar y seguir.
Nietzsche tenía razón. Los valores de los fuertes son los defectos de los débiles, y viceversa.

Y Chile, es un país donde rige solamente, la ley del más fuerte.

Somos una mala copia de U.S.A. Los sueños de Pinochet y Guzmán se han cumplido.

Pero insisto. Alexis no es el culpable. Simplemente, él hace lo que el sistema le ha ordenado hacer. Es una tuerca, una víctima, un engranaje mas de nuestra sociedad.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Camiroaga contra el falso discurso nacional


Por estos días hemos recibido la lamentable noticia de la muerte de Felipe Camiroaga, Felipe Cubillos, Roberto Bruce, mas otros funcionarios de TVN, la FACH y la ONG Desafío Levantemos Chile.
Una pérdida terrible, desde un punto de vista humano, social, desde el frío punto de vista televisivo, e incluso desde la política.
Pero no ahondaré mas en eso, solamente lamentar la muerte del mejor comunicador que teníamos, infinitamente superior a toda esa serie de clones de Don Francisco y malas copias de Maluenda que pululan en la TV chilena, además un tipo cercano y generoso con sus seres queridos, y amenudo, con gente que ni siquiera conocía. Y lamentar la muerte de Cubillos, uno de los contados (si, contados con los dedos de la mano) empresarios chilenos que han decidido dejar de ganar dinero como un fin en si mismo, y realmente hacer un aporte y cambiar nuestra sociedad. una lástima y pena infinita.

Mi pregunta es sencilla: ¿Recién hoy descubrimos la grandeza de Juan Fernandez y su gente?

Yo recuerdo que cuando era niño, en la escuela, nos mostraban un enorme mapa de "Chile tricontinental". Debíamos sentirnos orgullosos de ello. Eramos un país glorioso con proyección en tres continentes. Una Unión Soviética cualquiera. Un Estados Unidos en potencia. Nos enorgullecemos a diario de nuestro Chile insular, nuestra Isla de Pascua la vendemos en folletos turísticos por todo el mundo, Juan Fernandez es una maravillosa posesión, y un enorme etcétera.

De ello, uno crece creyendo que realmente, Chile debería tener lo mejor de lo mejor en esas islas, ya que nos dan proyección sobre el océano mas grande del mundo. Pero lamentablemente, estos hechos nuevamente nos dan cuenta de una diferencia abismal entre el discurso que tenemos en nuestro ideario coelctivo, y la fría realidad.

Hace un tiempo, y hasta la fecha, un gran sentimiento separatista ha calado hondo en Rapa Nui. Parece que esa posesión en el Pacífico Sur, que debiesemos defender con todo, está abandonada, sin infraestructuras, y gravemente dañado por el turismo. Primera señal.

Y ahora Juan Fernandez. Un aérodromo pesimamente mantenido, malos protocolos de viaje, ausencia de aviones anfibios en un país con 4.000 km de costas (¿?), y lo que es peor, una enorme falta de autocrítica en la Fuerza Aérea, donde se supone, debiesen estar los mejores.

¿Dónde están los mandos? ¿Dónde están los responsables' Primera respuesta: muertos. Toda la culpa es de los pilotos. Como si ellos se mandaran solos y nadie los supervisara, nadie les dió malas órdenes. El hilo se corta por lo mas delgado. Inevitable no recordar el trágico espisodio de Antuco. Lo mismo. los mandos escondidos, incapaces de reconocer sus errores. Y que conste que ocurre en instituciones donde se supone, lo mas importante es el Honor, la Valentía y la Gallardía: Mentira. No es así, dados los antecedentes.

¿Que hemos hecho como país por Juan Fernandez y Rapa Nui? Bastante poco. Esos chilenos, que hacen patría en lugares tan alejados, viven en el abandono. Como si a los dirigentes de nuestro país, nuestra élite, solamente los recordaran para las Fiestas Patrias y las frases pro-turismo en sus viajes por el mundo. No quiero creer eso. Pero, aparentemente, cada vez somos más los que empezamos a creerlo.