domingo, 18 de marzo de 2012

Republica Federal de Chile: parte 1.5 a 1.8

1.5.El cuoteo de los representantes, cargos y funciones

La gran ventaja de concentrar el poder politico en un solo lugar, es la posibilidad de controlarlo mas facilmente. Un estado centralista dicta las ordenes hacia las provincias, que no pueden mas que acatar. Para ello dispone de un amplio sistema represor, la ley, y la economia dirigida.

La historia de Chile nos ha mostrado que, independiente de la corriente politica de uno u otro gobierno, tienen algo en comun: Los dirigentes son nacidos, criados y formados en Santiago. Y cada uno, impone su propia vision de la politica, desde un prisma santiaguino y centralista.

Las realidades de cada zona geografica requiere una comprension de cada espacio territorial y social, conocimiento que dificilmente se puede dar desde tan lejos. Asi es como tenemos intentos de explicar la realidad mapuche desde el concepto de lucha de clases, por el lado de la izquierda, o la idea de “chilenizacion” desde la derecha. Sin comprender que los mapuches son una nacion distinta y no integrada, debido a incentivos perversos que los obligan a aculturizarse o desaparecer.

De esta manera, la elite economica facilmente puede atraer a la elite politica, moldearla a su gusto y hacerla hacer, docilomente, lo que mas les convenga. Obviamente, en una relacion simbiotica en que ambas partes salgan ganando.

Es por ello, que esta Republica Autoritaria, portaliana y centralista, modelo siglo XXI, viene a ser una especie de “Imperio Romano” a la chilena, en que Santiago ocupa el lugar de Roma, la capital imperial, centro del mundo, origen de los patricios y tribunos de la peble. Y para administrar el pais, una serie de cargos ejecutivos o legislativos, otorgados a miembros de esta elite, que son enviados a lejanas provincias a imponer el orden y la autoridad de la Divina Ciudad.

Pero como esto es una “democracia”, el pueblo tiene la posibilidad de elegir, pero obviamente, elegir a representantes de la capital, que viajan a lejanas regiones para las campañas electorales, y viven en Santiago durante el resto del año, excepto, obviamente, en las votaciones legislativas de vez en cuando en Valparaiso.

El caso de los Intendentes y Gobernadores es aun peor, elegidos directamente “a dedo” por el Presidente de turno, que responden a el, y solo a el, y pueden ser removidos si pierden la “confianza” del Rey-Presidente, sin consultarle a nadie, y menos aun, a quienes debe representar.

A eso es lo que se le llama, extraoficialmente, una “dedocracia”.

Y asi vemos a senadores que dicen representar a Arica, pero son de Santiago, y viven en Santiago, ni siquiera en Valparaiso, sede legislativa. Otros, representan a Valdivia, y los mismo. Y peor aun, un mismo personaje que alguna vez represento a Santiago, aparece como candidato por Talca.

1.6.¿Un parlamento representativo?

Oficialmente, el contrapeso del Rey-Presidente es el Congreso Nacional. Un parlamento sacado de Santiago para llevarlo a Valparaiso (¡100 km de distancia?) en un “esfuerzo” y “ejemplo” de descentralizacion.

El asunto es que haber colocado la sede legislativa tan cerca de Santiago no soluciono nada, simplemente, agravo los problemas.

Los parlamentarios “representantes de regiones” simplemente, toman el auto, viajan un par de horas y OK, estamos en Valparaiso para “participar” del trabajo legislativo. Sin embargo, la movida de la politica esta en Santiago, por lo que finalmente, solamente viajan a votar. Las discusiones pueden esperar, lo importante son las votaciones.

Pero los parlamentarios estan obligados a hacer trabajo en sus distritos y circunscrip-ciones una semana al mes, donde supuestamente deben viajar y atender publico. Ese es el contacto que tienen con sus representados.

1.7.El inevitable sentimiento regionalista de las provincias extremas del pais.

Todo lo relatado hasta el momento, solamente puede generar un solo sentimiento mas alla del rio Maipo (por el sur), o el cerro Renca (por el norte): Abandono.

Arica, la ciudad de la eterna primavera, alguna vez peruana, ahora chilena, que con tanto orgullo los santiaguinos recuerdan a menudo en la gloriosa “Toma del Morro”, la Guerra del Pacifico contra “los cholos peruanos”, reclama hace años atencion por el gobierno central.

Calama, fuente del “sueldo de chile”, reclama por ser la ultima beneficiaria de las riquezas extraidas de su entorno.

Magallanes, recordada siempre por los historiadores santiaguinos en sus discursos de la “Toma de Posesion del Estrecho”, hace tiempo reclama mayor autonomia, tiene su propia bandera, y vive en un espacio interregional independiente junto a la Patagonia Argentina (Otra victima del centralismo, modelo “Buenos Aires”).

Copiapo, la ciudad minera por excelencia, origen de la gran revuelta de 1851 (Olvidada por los textos escolares de historia), ya ha adoptado como bandera regional, el estandarte de aquellos revolucionarios.

Aysen, tierra de pioneros, de chilenos “que hacen patria”, viven el aislamiento y el abandono, de manifiesto en el tsunami de 2007 (Si, hubo un maremoto en esa zona, pero casi nadie se acuerda), y reprimidos por Santiago cuando tratan de hacer escuchar sus demandas.

“Santiago es Chile” nos repiten desde niños en la escuela. No. Al reves. Santiago es Santiago. Chile no es mas que una inmensa provincia sometida.

1.8.Los torrentes financieros llegan a Santiago... y los riachuelos que vuelven a provincias.

¿Y para que todo este entramado? La respuesta es mas que obvia...

En la zona oriente de Santiago, orgullosa e imponente, se erigen como una suerte de “mini Nueva York chilensis”, el barrio financiero de la capital: Sanhattan.

Multinacionales, corporaciones chilenas, sedes y representaciones comerciales, todo parece girar desde esa pequeña parte de la ciudad. Rascacielos cada vez mas altos, parecen indicar el progreso de la nacion.

La verdad es que el dinero generado en cada region, ya sea por la produccion de cobre, de pescado, madera, oro, hierro, frutas, cereales, y todo lo que emana de nuestra “Copia feliz del Eden”, converge directamente a Santiago por dos vias.

Primero, independiente de donde se produzcan los productos, y del puerto que se exporten (Obviamente, en regiones), el pago de dicha mercancia es realizado a Santiago. Por otra parte, los tributos, llegan a la “Caja unica fiscal”, llamada Tesoreria General de la Republica, en Santiago. De este modo, Entre el Barrio Civio y el Barrio el Golf, se realiza casi la totalidad de las decisiones, publicas y privadas, de inversion y gasto, sobre la totalidad de las divisas e impuestos que genera el pais.

Y obviamente, quienes toman esas decisiones, no necesariamente piensan en devolverlas a sus centros de origen.

Por eso no es de extrañarse que casi la mitad del gasto e inversion publica sea realizada en Santiago. Y no es de extrañarse que los sueldos mas altos se concentren en un minusculo grupo de funcionarios del Barrio Financiero. Tampoco puede extrañar que los mejore Indices de Desarrollo Humano (IDH) se encuentren en las comunas acomodadas de Santiago, y que los mejores indices de calidad de vida esten ahi.

Simplemente, en esas comunas viven los politicos, y sus amigos los empresarios.

¿Que le queda a provincias? Bueno, el resto... lo que quede despues de distribuir lo necesario en Santiago. Ahora, que en la discusion del presupuesto nacional los parlamentarios digan otra cosa frente a las camaras. Esa es otra historia.

Los ultimos grandes proyectos proyectos urbanos del Ministerio de Obras Publicas han beneficiado a Santiago: el sistema de transporte integrado y las autopistas. Si fueron buenos o malos proyectos, es otra discusion, lo importante es que el dinero fiscal surgio de provincias, y se quedo en la capital, convertido en bloques de cemento que no se moveran de ahi.

Republica Federal de Chile: parte 1.4

1.4.Una élite politico-económica

Mucho me he referio a esta ambigua “¿organizacion?”. ¿Quienes son? ¿De donde salen?

Volvamos a los inicios de nuestra vida “Republicana” (¡?).

Corrian los años 1820 y la naciente Republica de Chile comenzaba el desafio del autogobierno. Chile empezaba en Copiapo y terminaba en Concepcion. El norte no era nuestro, al sur estaban los mapuches, Valdivia y Chiloe (Dependientes teoricamente de Peru, en realidad, los ultimos sobrevivientes del Imperio Español). Y mas al sur, independiente de lo que dijeran tal o cual mapa, un territorio internacionalmente considerado “Terra Nullis” llamado Patagonia.

Dos grandes bandos de patriotas, y dos grandes representativos territoriales. Por un lado, pipiolos y pelucones, y por el otro, Concepcion y Santiago. No hablemos de partidos politicos; afortunadamente, en esa epoca aun no existian.

La primera decada de Chile, en la historia oficial, es retratada como una “anarquia”, una especie de caos politico. Pero era obivo que asi fuera, de la misma manera que la primera decada de la Revolucion Francesa fue un adolorido y sangriento tira y afloja entre monarquia y republica. Aca necesariamente, y dolorosamente, seria lo mismo. Estamos hablando de un pais que por primera vez debia gobernarse por si y para si. Y todos tendrian sus propias ideas al respecto. La tradicion replublicana era nula, y caer en modelos autoritaristas era la solucion mas facil.

El asunto es que rapidamente, el bando Santiaguino se puso a la delantera, por sobre Concepcion y las restantes provincias. “Historicamente, la Real Audiencia estuvo asentada ahi, y la experiencia politica siempre se llevo a cabo en Santiago”.

Primer error.

La idea de Pedro de Valdivia siempre fue llevar la capitalidad al sur. Especificamente, la capital seria Imperial (La actual Carahue), en su afan de alcanzar Magallanes. Y estuvo a punto de lograrlo, si no fuese porque los mapuches (Nuestros valerosos mapuches tan olvidados hoy, la mitad de nuestra sangre, aunque muchos no lo reconozcan) se lo impidieron.

Durante la colonia, la residencia habitual del Gobernador era Concepcion, ya que ahi tenia acantonado el ejercito y podia mantener a raya a las tribus mapuches, con las cuales, en una suerte de tratado verbal (parlamentos), se les reconocio independencia aunque teoricamente aceptasen ser “subditos del rey”.

Santiago emergio como capital, simplemente, por estar alejada de la frontera, y con esa relativa calma, podria administrar mejor la colonia.

De alguna manera, una vez independizados, el bando santiaguino se impuso. El “experimento” federalista, que la historia oficial tilda de “gran fracaso”, ni siquiera fue tal, ya que, en realidad, nunca se llevo a cabo. Fue abortado antes de nacer.

La realidad es que en 1830 el bando “pelucon”, conservador-centralista-santiaguino, se impone a los “liberales”, partidarios del pluralismo y la descentralizacion. Portales “el organizador de la republica”, lo que impone es una suerte de dictadura constitucional, la base del gobierno que tenemos hasta la fecha. Era el inicio de la “Republica Autoritaria”. Yo lo llamaria, simplemente, dictadura encubierta.

Y para lograrlo, se apoyo en el bando mas cercano a sus ideas. Un bando que gobernaria sin contrapeso hasta el advenimiento de la “Republica Liberal”, en los años 1860, un interludio que moriria definitivamente a manos de la aristocracia, nuevamente, en la Guerra Civil de 1891.

El asunto es que ese es el origen de la elite politica economica del siglo XIX. Una elite que mantendria el latifundismo colonial, y se apoyaria en la exportacion de materias primas, modelo que agotarian hasta el cansancio hasta la llegada del salitre. ¿Dije agotarian? En realidad, simplemente cambiarian el producto, manteniendo el modelo.

Una elite aristocratica, basada en la posesion de la tierra, soportado por un campesinado embrutecido. Una aristocracia que no reinvertiria en mejoras productivas, que ignoro la revolucion agricola e industrial de Europa y Estados Unidos, que se daba fastuosos viajes por Europa, se sentia afrancesada y despreciaba todo aquello que significase “criollo”.

Pero los tiempos cambian y para sobrevivir, hay que adaptarse. El salitre les daria la oportunidad para mantener su sistema hasta 1925, en que la crisis hizo efecto, y comenzaria una nueva (pero muy corta) era de modernizacion, que seria acabada de cuajo por el golpe de 1973.

El caos economico y social de los años 1930 parecia ser el definitivo certificado de defuncion de la aristocracia, ya que el advenimiento de los movimientos socialistas y radicales llevaria al poder a un nuevo grupo de dirigentes que se preocuparon (Por fin) de la industrializacion del pais y el uso racional de los recursos nacionales, en pos del desarrollo. Surgia la CORFO, que seria la encargada de crear las industrias que hasta la actualidad, son el reflejo de ese impulso modernizador.

Pero no todo es eterno, y la modernidad entraria en franco conflicto con la aristocracia (En mancomunion con la Iglesia) al tratar el tema de la tierra. La reforma agraria era un requisito necesario, que se aplazo y aplazo hasta los años 1960. Asi, llegamos a Frei y Allende, la nacionalizacion del cobre y el golpe mortal de 1973.

Esa aristocracia, renovada con el influjo de algunos inmigrantes y empresarios que rapidamente se alinearon con ella, por fin tuvo la oportunidad esperada. Y en los años 1970 y 1980 tenemos una regresion de la obra radical-socialdemocrata de los años 1940-1950, con la privatizacion de las antiguas empresas CORFO (Obviamente, a favor de ellos mismos), la apropiacion de bienes supuestamente nacionales y la implementacion de un entramado politico-económico que puediese dar soporte a este “nuevo” modelo, que de nuevo no tiene nada, y que no es mas que una regresion a 1830: un sistema politico de corte portaliano (Constitucion de 1980), o sea, “Republica Autoritaria”, con un presidente omnipresente, estado unitario-centralista, y una economia neoliberal, basada en la exportacion de materias primas, y ademas rentista, concentrada en pocos recursos naturales, principalmente, la mineria del cobre.

Esa es la “elite politico-económica”, que no es otra cosa que “los mismos de siempre”, con un nombre mas tecnocratico, haciendo lo mismo, desde el mismo lugar y con las mismas herramientas.

Republica Federal de Chile: parte 1.3


1.3.Decisiones a miles de kilómetros de distancia

Cada cierto tiempo la naturaleza, inevitablemente, nos hace replantearnos la situacion administrativa de Chile. El afan centralista de la elite politico-económica obliga a concentrar en Santiago todos los organismos administrativos, financieros, e incluso logisticos, necesarios para el funcionamiento del pais. Y cuando ocurre un terremoto tipo 8,8 de 2010, caemos en la cuenta de que el sistema, simplemente, no funciona. Asi vemos el lamentable espectaculo de un Presidente, un grupo de Ministros, y una serie de funcionarios especializados absolutamente ignorantes de la realidad nacional, tratando de seguir gobernando en un entorno sin comunicaciones, sin conocimiento de nada, imaginando (Porque no les que otra alternativa) que puede estar pasando mas alla de la comuna de Santiago. Como diria alguien posterior al evento de 2010 “Durante varios dias, no habia gobierno de ningun tipo en las zonas afectadas”. Caos total.

Y es obvio. Concentrar las decisiones clave y urgentes en un solo lugar, alejado de los terriorios donde realmente estan ocurriendo los hechos, requiere de una logistica casi perfecta, a prueba de fallos, infalible. Infalibilidad, que obviamente, nuestra elite nunca ha sido capaz (Y nunca lo sera) de ofrecer.

De esa manera encontramos absurdos como la fijacion de precios al gas natural magallanico, producido en Magallanes, vendido en Magallanes, y consumido en Magallanes... desde Santiago, sede oficial de la Empresa Nacional del Petroleo, y del Ministerio de Energia, por personeros que no conocen la realidad magallanica, y que probablemente, con suerte, sepan ubicarlo en el mapa.

Ejemplos hay muchos, pero una cosa es cierta: No pueden concentrarse las decisiones en Santiago. Finalmente, la gente de Santiago, solamente conoce Santiago, la realidad Santiaguina, y dificilmente, se les puede pedir mas. El Ministerio de Transporte vela por el cumplimiento y ejecucion del Transantiago, mientras el transporte en provincia es deplorable. El Ministerio de Energia vive preocupado del abastecimiento de Santiago, sin considerar a las zonas productoras. El Ministro de Salud, de visita en los hospitales de Santiago, sin imaginar la crisis que se vive en regiones.

Santiago tambien es perjudicada por el centralismo. Una ciudad de esas dimensiones requiere un gobierno especializado, que realmente sea capaz de asumir los desafios que requiere. Pero el modelo centralista exije una sola entidad, que debe lidiar con los problemas de la capital, que son muchos, y las multiples realidades de la “loca geografia” nacional. El resultado: es imposible. O una cosa o la otra. Si se hace una cosa a la vez, podria funcionar. Pero hacer todo, con los mismos recursos, sencillamente no se puede. Simplemente, la estructura de ministerios no da abasto.

Y la solucion no es hacer mas grandes los ministerios. La solucion es descentralizar la toma de decisiones. No sirve de nada una estructura de Intendentes, SEREMIs y demases, que intentan replicar el gobierno nacional en las regiones, por la simple razon que la decision final es tomada en una oficina en Santiago... quedando los SEREMIs e Intendentes en una posicion de “meros informantes”.

El unico beneficiario, parece ser la famosa y majaderamente mencionada“elite politico-económica”.

Republica Federal de Chile: parte 1.2

1.2.Decisiones para Chile o para la capital

Obviamente, las viscisitudes historicas que han dado lugar a este largo y angosto pais, de 4.000 kilometros de largo llamado Chile, ha sido posible con la incorporacion de territorios, climas, vegetaciones, pueblos, en fin, realidades distintas, complejas y variadas respecto al “ideal” homogeneo de la zona central. Lo razonable hubisese sido, para mayor éxito en la incorporacion de territorios, una administracion en funcion de las necesidades de dichos territorios. Pero la verdad es, que la concepcion misma de dicha incorporacion, desde el comienzo, tenia como objeto satisfacer las necesidades de la capital. La guerra del pacifico, la “pacificacion” de la Araucania, la incorporacion de Magallanes, solamente respondieron a objetivos trazados desde Santiago. Los flujos economicos que saliesen de estas nuevas adquisiciones irian a parar directamente a las arcas fisacales asentadas en la capital, y recien ahi, se haria alguna “distribucion” al resto del territorio.

De esta forma, las riquezas del salitre, por ejemplo, terminaron en su totalidad llegando a mercados en Europa o Estados Unidos, y los flujos financieros, en los bolsillos de los empresarios que explotaban dichas riquezas, que hay que recordar, eran en su mayoria capitales extranjeros, principalmente britanicos. La elite gobernante, desde Santiago, solamente recibia un pequeño gravamen, que, dado los grandes volumenes de produccion, era aparentemente alto, pero que requeria una alta demanda exterior. Esta miopia de la clase gobernante seria la que transformaria a Chile en un pais rentista a comienzos del siglo XX, y atrasado en el desarrollo de su sistema economico, y explicaria la grave crisis economica, politica y social que caeria sobre el pais al terminar la Primera Guerra Mundial, ante la caida abrupta de la demanda del salitre frente al salitre sintetico, mas barato, y producido en los mismos centros de consumo europeos.

Los gobiernos santiaguinos de la epoca, nada hicieron para reinvertir esas riquezas en las mismas regiones donde se explotaban. La caida del salitre trajo como consecuencia un inevitable “efecto boomerang” contra la capital, con miles de obreros emigrando hacia la zona central, sin empleo, sin dinero. La crisis del salitre despoblo el norte y lo sumio en una grave crisis que solamente se superaria con el inicio de la gran mineria del cobre, treinta años despues. Nuevamente, una politica rentista sin reinversion en la zona de explotacion, situacion que se mantiene hasta hoy.

Otro ejemplo es la incorporacion forzada de los territorios mapuche al sur del Biobio, que comienza con la colonizacion alemana de la region de Los Lagos y finaliza con la guerra sucia llevada a cabo por el ejercito en contra de la resistencia mapuche. En ningun momento hubo alguna intencion de absorber o incorporar a la poblacion local, simplemente, desplazarla por la fuerza y reemplazarla por inmigrantes “mas productivos”, obviamente, desde la optica centralista de Santiago. La Araucania se transformaria en “el granero de Chile”, lo cual, finalmente, significa simplemente “el granero de Santiago”, destino final de la produccion agricola de la zona. No hay porque extrañarse por el sitial que tienen los grandes latifundistas de la zona mapuche en la politica Santiaguina del siglo XXI.

Republica Federal de Chile: parte 1.1

1.1.Un territorio homogéneo: El ideal de Santiago

Curiosamente, Pedro de Valdivia nunca quiso quedarse en Santiago. Su objetivo siempre fue el sur. La conquista del estrecho de Magallanes. No sabía la enorme distancia que mediaba entre su sueño, y el famoso estrecho. Llegó hasta la Región de los Lagos, y planeó y fundó la que sería su capital: Imperial, actual Carahue, en plena Araucanía. Todos conocemos el resto. Derrotados, las huestes españolas huyeron al norte y se aprontaron a defenderse con uñas y dientes de Lautaro y sus huestes. Pero el destino dijo otra cosa y finalmente, la Frontrera se equilibró en el Río Biobío. Y Concepción, como residencia del Capitán General en guerra, se transformo en la capital de facto, mientras la Real Audiencia, por seguridad, se quedaba en Santiago, la capital oficial.

Llega la independencia y estalla el choque entre Santiago y Concepción. Pero un país sin vías de comunicación, pobre, agrícola, necesita un centro de poder fuerte. Y a partir de entonces, la historia de Chile, es la historia de Santiago.

Detengámonos aquí. Al momento de la independencia, si bien existía una cierta diferenciación regional, las jóvenes repúblicas distaban mucho de tener una conciencia nacional clara. Ni siquiera las fronteras estaban definidas. Como Imperio Español, todo era de España, asi que los límites pasaban a ser un problema como tantos entre Virreyes y Gobernadores. Además que las fronteras naturales y las distancias, hacían el resto.

El sueño de Bolívar de una gran nación americana se esfumó en medio de conflictos de interés de cada naciente cúpula de poder local. Y finalmente, cada grupo de criollos, tal cual como patrón en su fundo, formó cada nación a su entero beneficio. Como ni siquiera habían nombres claros para cada territorio, se inventaron algunos de acuerdo al gusto y el patriotismo de cada cual. Nueva Granada se separa en tres. “Ecuador”, porque estaba justo sobre dicho paralelo 0º, “Colombia”, en honor al descubridor del continente, “Venezuela” o Venecia Chica, parecía ser la única con al menos un nombre distintivo. Y el Virreinato de Buenos Aires: “Bolivia” en honor al gran prócer, “Paraguay” por el río, “Uruguay” por otro río, “Provincias Unidas del Plata”, el resto… Nombres muy claros en definir cada futura “nación” independiente.

Pareciera que solamente Perú y Chile eran los únicos territorios con, “al menos”, un nombre representativo.

Pero ¿Qué era Chile en 1818? Un pequeño territorio que empezaría en el río Copiapó al norte, y terminaba en el Biobío, al sur. Más allá, el territorio de los mapuches, el enclave de Valdivia, administrado directamente desde Lima, y Chiloé, también desde Lima (supuestamente).

Había solamente cuatro ciudades importantes: La Serena, Valparaíso, Santiago y Concepción. El resto, haciendas, latifundios y terrenos subexplotados y con poca población. Con mayor o menor grado, la población étnica era la misma, o sea, criollos, mestizos, negros, un idioma común, y solamente dos regiones climáticas: El norte, árido, y el centro, templado y mediterráneo. Un estado centralista parecía ser la primera opción, ya que el territorio no era tan grande, unos 180.000 km2, de cuales cuales, casi toda la población se encontraba entre el Elqui y el Bíobío.

Pero el nuevo país estaba lejos de ser algo homogéneo. Éramos por mucho, el país mas remoto y atrasado del viejo Imperio. Un país agrícola, disgregado, con marcadas diferencias sociales y económicas. En resumen, un país muy pobre, económica y culturalmente. Buenos Aires, Bogotá, Caracas, y por sobre todo, Lima, eran ciudades del mundo, grandes y con una élite que nada podía envidiarle a otras capitales europeas. Santiago era de adobe, de barro, de cañas, al igual que el resto, con la diferencia que en Santiago vivían las familias de los libertadores, y las mas importantes familias del país, cercanas a la Real Audiencia y el poder. Y además, una elite con ambiciones: conquista de la Frontera, y expansión a Valdivia y Chiloé, y porque no, hasta Magallanes.

Pero esto solo podría materializarse con una nación cohesionada. Y así, surge el mito de la homogeneidad del chileno. No importa donde vivas, tus raíces son, y siempre estarán, en la zona central. El huaso, la cueca, el vino tinto y la empanada. Y que mejor ejemplo y centro de la chilenidad, que la capital, resumen de todo lo que es Chile.

Puede haber sido verdad hace doscientos años. Pero las cosas cambian. Y mucho.

Para empezar, Chile necesitaba metales para desarrollar alguna industria. Y ahí aparece Claudio Gay, Ignacio Domeyko y otros a explorar las riquezas del norte. Un norte árido, desértico, sin huasos ni chacras, habitado por pueblos indígenas que habían logrado sobrevivir a 300 años de exclusión, explotacion y abusos.

Paralelamente, la conquista de Valdivia y Chiloé, la reducción de los huilliches, y al colonización alemana y austríaca en el sur.

Y tambien llegamos a Magallanes. Se cumple el anhelo de Valdivia, y llegan colonizadores croatas, rumanos, húngaros… que acaban rápidamente con onas, patagones, tehuelches y cualquier aborigen que osara pasarles por delante (de sus fusiles).

Luego, la Guerra del Pacífico, con lo que la frontera norte se expande hasta Arica, incorporando nuevos pueblos, culturas y realidades.

Y finalmente, otro doloroso capítulo aun no resuelto: la “Pacificación” de la Araucanía.

En menos de cien años, Chile es el país mas largo del mundo, 4.000 kilómetros continuados que abarcan casi todas las zonas climáticas y topográficas que se pueden encontrar en el planeta. La copia felíz del Edén.

El territorio ha cambiado. La gente ha cambiado. Han llegado nuevos habitantes, otros han sido integrados a la fuerza. Pero dos cosas siguen iguales: el mito de la homogeneidad, y la centralización política en Santiago.

Republica Federal de Chile: parte 1


Primera parte de un ensayo de 6 partes que estoy preparando.

Este breve ensayo tiene por objetivo presentar el centralismo que aqueja históricamente a Chile como uno de los principales obstáculos que impiden un verdadero y pleno desarrollo nacional. Se propone un nuevo modelo de administración territorial federal, pero también se comentan los escollos que tendría realizar este necesario proyecto.

1.El centralismo: el cáncer del Chile

Transantiago, televisión abierta, radios, prensa escrita, instituciones culturales, grupos empresariales, centros de negocios, universidades… Pareciera que todo lo que ocurre o no ocurre, todo lo que se discute, lo que no se discute, los grandes negocios, los grandes acuerdos, las grandes hazañas deportivas, la farándula, la música, el arte, todo, absolutamente todo, ocurre dentro de los 800 km2 que conforman el Gran Santiago. La prensa nos informa delitos, hechos, buenas o malas noticias, deportes, y un cuanto hay, empezando por Santiago, y terminando en Santiago. Es como si la capital, realmente, fuera la base única sobre la cual existe Chile. Las provincias, solamente son mencionadas cuando un hecho muy grave ocurre, para el turismo veraniego, las postales que se venden en el extranjero, o simplemente, para entregarle recursos, materias primas y energía, a ese gran consumidor llamado Santiago de Chile. Cuando un hecho grave ocurre en vialidad, es el Ministro de Transportes el que in situ se preocupa en persona de dar solución. Si hay una crisis de salud pública, el Ministro de Salud pone la cara. Si ocurre un grave hecho delictual, o un gran operativo policial, es el Ministro del Interior quien nos informa en directo de los detalles.

Pero… Cuando ocurre un hecho similar en Punta Arenas, Osorno, Ovalle o Calama… ¿Quién se entera? ¿A quién le preocupa? Es como que las regiones solamente fueran relevantes solamente para las grandes campañas electorales, sean municipales, parlamentarias o presidenciales. Obviamente, coordinadas, planeadas y ejecutadas desde los comandos centrales de cada partido, dentro de los límites del Gran Santiago.

Pero tranquilo, me diría cualquier político de cualquier bando. Tenemos el parlamento. El lugar donde todo el país está representado. Y además, dicho parlamento se encuentra fuera de Santiago, en Valparaíso, puerto principal. Un parlamento formado por representantes elegidos localmente por cada uno de los distritos o circunscripciones senatoriales en que está dividido Chile. Políticos profesionales que provienen de todos los rincones del país, y legislan en consecuencia.

Mentira. No es verdad. Es sólo letra muerta.

La gran mayoría de los parlamentarios es de Santiago. Viven en Santiago. Nacieron en Santiago. O han vivido gran parte de su vida en Santiago. Se educaron en Santiago. Viven por, y para Santiago.

Ejemplos hay muchos. Un senador por Talca, alguna vez precandidato presidencial, pero que vive en Santiago. Y que en alguna elección anterior, postuló en Santiago. Cuoteo político santiaguino. Un diputado, esposo de otra diputada, electo en el Norte Grande. Pero, obviamente, educado, criado, casado, y que vive en Santiago.

Y por ello no sorprende que grandes proyectos y fracasos económicos o políticos, ocurran por o desde Santiago. El famoso Transantiago. Millones de dólares a la basura en déficits y mas déficits, en un sistema cuya idea era buena, pero su ejecución, un desastre. ¿Quién paga los platos rotos? El fisco. Pero… ¿Impuestos solo de Santiago? No. El fisco es uno solo. Dinero de todos los chilenos. El Proyecto HidroAysén, bueno o malo, ha sido pensado, planeado desde siempre, desde un comienzo, para abastecer a Santiago de energía. Porque Santiago no es capaz de producir la propia. Es un importador neto de energía. Y con un amplio margen. Un proyecto que involucra a siete regiones de Chile, solamente, para abastecer a Santiago. ¿Le preguntaron a las regiones? Obviamente no, el capital y la política se mueve solamente en los tres o cuatro kilómetros que separan el Barrio Cívico de el Barrio El Golf. En el Gran Santiago.

Tras cuatrocientos años de historia, y doscientos años de vida republicana, Santiago se ha convertido no sólo en la ciudad mas grande del país, con el 40% de la población viviendo en sus límites, sino que es el centro político-económico y cultural de la nación. Consume cerca de la mitad de la energía, alimentos, y recursos de todo tipo para seguir funcionando. Es una metrópolis que se abastece en su gran mayoría, desde otras regiones. Es un importador de energía, alimentos, y materias primas. De la misma manera que los países industrializados compran materia prima barata y venden manufacturas caras, Santiago es nuestra metropolis, nuestro rector, nuestro guardián, nuestro consumidor y nuestro vendedor.

Y tenemos noticias. El poderoso lobby de la construcción, ya ha logrado la aprobación de la Intendencia Metropolitana para hacer crecer aún más a este monstruo. Diez mil nuevas hectáreas, de antes terrenos fértiles, para transformarlos en parte de esta jungla de cemento. Porque las proyecciones ya están: En los próximos diez o quince años, Santiago alcanzará la estratosférica cifra de 8.000.000 de habitantes. Una LOCURA, por donde se le mire. La cuenca de Santiago no tiene agua suficiente para abastecer tanta gente. ¿Soluciones? Probablemente, la capital, en un futuro no muy lejano pase a ser también, un importador neto de agua.

¿Y que pasa con las regiones? Ampliamente postergadas, salir de la capital es simplemente viajar a otro país. Y para un provinciano como yo, viajar a Santiago es viajar a otro país. Ninguna ciudad de Chile, ninguna, puede equipararse en desarrollo urbano, vial, cultural, económico, o simplemente, desarrollo humano. Y no solamente por las dimensiones, el tamaño, si no por la calidaD de los servicios que uno espera encontrar en cualquier ciudad medianamente desarrollada. Compare las autopistas de Santiago, su centro histórico, su barrio financiero, su estación de ferrocarril, sus museos, la Biblioteca Nacional, sus hospitales y clínicas, privadas o públicas, sus universidades, su sistema de transporte, la infraestructura en general. Nadie puede competir con la capital. Nadie.

Y el efecto es un círculo vicioso. No hay incentivos para vivir en regiones. Inmigremos a Santiago. Y esta pérdida de capital humano, simplemente, deja las provincias aún peor paradas para enfrentarse y soñar competir con la capital. Los mejores trabajos, los mejores salarios, la mejor vida nocturna y cultural, la mejor infraestructura deportiva, la mejor atención de salud, solamente se encuentra en Santiago.

Y la desigualdad aumenta día a día. Y no solo eso. Santiago el el dueño de las regiones. En Santiago están las casas matrices de cualquier empresa que se precie de ser importante. Bancos, comercio, retail, minería, transporte terrestre, marítimo, aéreo, farmacias, casinos, entretención, telefonía, todo, todo es dirigido y controlado desde Santiago. Las regiones solamente se limitan a operaciones extractivas o industriales. Pero el destino del dinero, los impuestos, y las mercancías es, ineludiblemente, Santiago. Toda la ganancia, sea consumo interno o exportación, es acumulado en Santiago.

Pero eso no es tan malo, diría cualquier ejecutivo de alguna empresa. Eso es, simplemente, ahorro de costos. Eficiencia. Los servicios en Santiago, la producción en regiones. Pero entonces ¿Qué clase de país es este? Y el famoso discurso del desarrollo. Con esto nos desarrollamos y crecemos. Si Santiago crece, Chile crece. Obvio. Santiago, definitivamente, es Chile.