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domingo, 3 de abril de 2016

La pseudociencia neoliberal















ADENDVM: Este artículo fue escrito antes de la "odisea" protagonizada por el Sr. Rafael Garay. Exceptuándolo a él, todo el artículo mantiene mi opinión sobre la materia presentada. 

[Carta al director de algún diario chileno. No espero ser publicado]

Es la primera vez que escribo una carta a un director. Lo que me lleva a hacerlo, simplemente, es el hastío que me causa venir escuchando, desde mis años en la universidad, las mismas mentiras, las mismas frases cliché, en resumen, las mismas estupideces repetidas hasta el cansancio por este grupo de economistas supuestamente « científicos » y « técnicos » que pululan en Chile y que nos han llevado a la hecatombe política y moral que vivimos. ¿Cuál fue mi gatillo final para escribir? Escuchar la emisión de El Conquistador « Buenas tardes mercado » (30 marzo 2016), y oír a Rafael Garay... hasta que me sangraron los oídos. No pude más.

Me presento, gracias a Yavé, Alá, Zeus o Satán, no soy economista. Mi formación viene del mundo financiero y económico, admiro la ciencia pura, pero leo también mucho de ciencias sociales, pero sólo soy un ciudadano de a pie que opinará sobre cosas que atañen a mi país. ¿Porqué el hincapié? Porque esta plétora de Economistas-técnicos-científicos, si leyesen esto, me ningunearían al instante por carecer de un supuesto conocimiento sagrado que sólo ellos, nada mas que ellos, poseen y entienden (Obviamente, sus Ph.D. en Chicago, Harvard o Yale los avalan). En resumen, soy un perfecto Don Nadie.

Dije « científico ». Porque un científico hace observaciones de fenómenos, y en base a ellos, postula hipótesis que debe probar a priori y empíricamente, y realizar correcciones. O sea, utilizan el « método científico ». Y no al revés, nada de eso de inventar teorías para luego hacerlas encajar a martillazos con la realidad, y de paso, obviar cualquier variable que ensucie « el modelo ». Lo que se llama « Ceteris paribus » (Una excelente herramienta mal utilizada por ellos hasta decir basta).

Porque si no se sigue el método científico, no es ciencia. El método permite auto-corregirse, y evoluciona con el ensayo y error, y si una teoría ya no funciona, o no representa la realidad, simplemente se cambia, parcial o completamente, o, se complementa con otra. No parte de bases dogmáticas ni es fiel con nadie. Porque si hace eso, dejará de ser ciencia y pasará al campo de la pseudo-ciencia y la superchería. O mejor dicho, la religión.

Por ejemplo, el gran Newton explicó el movimiento de los cuerpos con su teoría de la Gravitación Universal. Funcionó dos siglos, pero finalmente, las observaciones dejaron en claro que era insuficiente. Aparece Einsten y enuncia la Relatividad General y Especial. Un nuevo mundo de abre para nuevos campos inimaginados, pero hoy, también se está quedando corta. ¿Estaba equivocado Newton? ¿Y Einstein? En absoluto, Newton está plenamente vigente para ciertas cosas (En especial la ingeniería), y Einstein para otras (Astrofísica y física de partículas, por ejemplo). Es lo que se llama un « Cambio de paradigma ». La ciencia es auto-falseable y se corrige y re-dirige a si misma.

Dije « técnicos ». El técnico usa la técnica… Usa metodologías que funcionan y nada mas, cero ideología. Por lo mismo, no hay una manera socialista o liberal de fabricar un motor, simplemente, se fabrica y punto. El técnico vive de sus números, y lo importante es que funcione. Y se acabó.

¿Y la economía? ¿Qué es? No es tan difícil. Basta con irse al libro de texto del primer semestre en la universidad, tipo Economía I, Introducción a la Economía, etc, por ejemplo, Economía de Paul Samuelson, y ahí está la definición. No hay una definición comunista, ni cristiana, ni liberal, ni monetarista, ni Hayekiana. Hay un problema económico y un mar de postulados básicos y teorías para resolverlo. ¿A dónde voy con esto…?

Mentiras. Mentiras y falsedades para confundir el debate público. Para atemorizar con fantasmas que nunca han existido. Garay simplemente es otro sacerdote de esta falsa religión. Como todos los Chicago Boys, los Büchis, los Lavines, los Piñeras, los Larroulets, los Fontaines y tantos más. Me recuerdan a Göring, el ministro de propaganda nazi, cuando afirmaba que « Una mentira repetida muchas veces se convierte en la verdad » o mejor aún « No importa la verdad, lo que importa es lo que crea la gente... ».

« Somos economistas, no políticos... Somos técnicos ». Solo recordarles que la economía es una ciencia social, íntimamente ligada a la política, la sociología y la historia. Es una ciencia, pero no es en absoluto una ciencia exacta, no puede serlo, no es posible con los medios actuales elaborar un modelo matemático capaz de predecir el comportamiento de una sociedad a nivel de cero error estadístico, simplemente, no se puede. Los seres humanos son complejos, y sus relaciones aun mas. Pero peor aún, desligarse de la política es una falacia, la mera existencia de la economía deriva de una necesidad política, que es administrar los recursos limitados, y satisfacer necesidades ilimitadas. Hay decisión política porque la forma de organizar la sociedad es la política.

Cada vez que hablan, presentan « su » verdad como la única, cuando solamente repiten como memes los principios de una sola escuela económica : la escuela monetarista de Hayek y Friedman. Como si ese planteamiento fuese el único válido y el resto sea anatema. Como es una ciencia social, también hay una filosofía, una escuela de pensamiento detrás. Pero en ningún caso la única. Hablan de postulados fundamentales como si fuesen realidades absolutas, sin darse cuenta que solo repiten y repiten dogmas hasta el cansancio. No muy distinto al « dogma de la fe ». Socialdemocracia, Socialismo, Comunismo, Liberalismo, y tantas otras son alternativas igual de válidas para explicar el problema económico.

Confunden a propósito términos y los mezclan a su antojo. Hablan de « libre mercado », « mano invisible », « libre competencia » como si fuesen sinónimos. Hablan de « mercado » y « mercado financiero » como si fuesen la misma cosa. Hablan en términos tan inhumanos que olvidan que la función de la ciencia económica es resolver un problema humano. Hablan de indicadores de crecimiento, rentabilidad, desempleo y tasas de interés como si fuesen los únicos relevantes, olvidando que las necesidades humanas van mucho mas allá. Han simplificado el problema económico a tal punto, como si fuese una ciencia exacta, anulando y excluyendo del debate cualquier otra variable. Y lo que es peor, ellos se creen sus dogmas, dicen que « siempre ha sido así », « es la esencia del ser humano », como si este darwinismo social fuese la única forma de hacer las cosas a lo largo de la historia. Y no es así. La evolución del hombre es la cooperación, el trabajo en equipo. Pero ese es otro tema un poco mas largo. Hablan de « reglas del mercado » cuando a la primera crisis van corriendo al gobierno para que los rescate. Hablan de privatizar los monopolios naturales cuando todos desaconsejan hacerlo… Hablan del PIB como indicador de bienestar sin tomar en cuenta la repartición. Hablan de éxito en las AFP cuando son un fracaso, una simple financiera para el mercado de capitales, y hablan de libertad cuando los trabajadores no tienen decisión sobre sus ahorros.

No explican que las bases dogmáticas surgieron en la Inglaterra, Francia y Holanda del siglo XVIII, en principios tan mágicos que no admiten siquiera ser cuestionados. La mano invisible de Adam Smith es una idealización que no admite preguntas. Eso de que « la codicia de todos finalmente es bueno para la sociedad... » de Smith, que derivaba de su ídolo Mandeville, quién opinaba que « toda la acción humana es dada por los siete pecados capitales... ». ¿Ciencia o religión? Engrandece lo peor del ser humano, valores positivos son eliminados de forma religiosa y se nos obliga a creer que solo así podremos surgir. Cualquier atisbo de « justicia », « solidaridad » será automáticamente ridiculizado como « idealismo no científico », palabras infantiles dignas de risa. Entonces ¿Porqué hay filantropía? ¿Solidaridad? ¿Somos todos unas bestias, eso nos enseñan? ¿Debemos organizar la sociedad en base a eso?

Todos saben que el mercado tiene fricciones; el mercado perfecto es un ideal, pero solo eso, y sin regulación, finalmente el oligopolio o el cartel está a la vuelta de la esquina, esa es la evidencia empírica. El único mercado que podría ser « perfecto » es la bolsa de valores, pero finalmente, llena de fricciones y sometida a un ente regulador. No hay otra forma. Y no viene necesariamente dado por la maldad humana, simplemente es la competencia y la obtención de ventajas que nos llevarán a un monopolio al final.

El miedo. Usar el miedo como forma de control es la mas antigua de las políticas usadas en la historia. Ya en la antigua Grecia un dictador decía que « el terror nos lleva a la perfección ». Pero ahora es el miedo económico, a ser pobres, como si estar endeudado en diez vidas no fuera pobreza. Garay nos dice « ¿Qué quiere esta gente? ¿Llevarnos a trabajar a granjas colectivas? ¿Como ven esto? Que alguien venga a quitarle su casa que con tanto esfuerzo compró y metan gente desconocida a vivir en ella... ». 

¡Ideología pura! Tengo en mis manos un texto escolar utilizado en los años '80 en EEUU. Garay se refiere a uno de los dogmas : la defensa a ultranza de la propiedad privada ¿Toda la propiedad privada? ¿Las casas, mi auto, mis zapatos, mis calzoncillos…? El texto dice así « [Los socialistas] querían el fin de la propiedad privada de las tierras y las industrias. Creían que el estado, o el pueblo como un todo, debería poseer todos los medios de producción ». Propiedad privada, pero con apellido : Propiedad privada de los medios de producción. Pero aún hecha la precisión, Garay exagera. Ni los gringos se la creen. Somos mas neoliberales que ellos, los inventores. Mas papistas que el papa. No he escuchado a nadie decir eso en el Chile de hoy. Si es o no una buena idea, es otra discusión. Ni granjas colectivas, ni nacionalización de las viviendas o calcetines. Ellos están tan ideologizados, que caen en su propia trampa, y con estas exageraciones pretender intimidar a la gente. Garay continúa « ¡Quieren cambiar el modelo! ¡Un modelo que funciona! ¡Que es exitoso » ¿En serio? ¿Para quién? Deberíamos volver, mi estimado Sr. Garay al problema económico básico, ¿No lo cree así...? Me queda claro que el Sr. Garay no está de acuerdo con ninguna reforma agraria; como nota al margen, en Israel aún existen los kibuz, y funcionan bastante bien, considerando que Israel no es -para nada- un país comunista ni marxista ni anti-mercado… Y también recordarle al Sr. Garay que según la ley, es el Estado de Chile el propietario de todo el subsuelo del país, y que los privados solo pueden usarlo bajo una consesión, y no digamos que Chile es un país soviético, o que el Código de Minería revisado con lupa por Guzmán nos llevaría al maoísmo ¿Verdad? Y si piensa que le van a quitar su casa, ¿Quien ha dicho eso? Se hablan de las propiedades comunitarias... La vivienda pública es algo que se ha usado en todos los paises desarrollados (Incluso en EEUU!!!) así que realmente, yo no sé que hablan... Control de masas a través de la propiedad pública dijo Garay, que no ha funcionado en ningún lado, según ellos, de a poquito van metiende comunistas al parlamento, ya llevan 5...Y continúa el terror igual que en Cuba... y la RDA... les faltó meter a Corea del Norte, en fin... Y según ustedes, Señor Garay, ustedes no estan ideologizados...

Estos « economistas » « científicos » « apolíticos » y « técnicos » insisten en hacernos creer que se fundan en bases científicas, despolitizadas y técnicas, cuando en verdad, deben ser de los seres mas politizados, dogmáticos, e ideologizados del planeta, verdaderos sacerdotes de una religión pseudo-científica, con sus propios profetas (Friedman, Hayek, Smith, Locke, Ricardo…), sus propios apóstoles (Büchi, José Piñera…), sus propios mártires (Guzmán, el único), y también sus textos sagrados (El Ladrillo, por ejemplo). Eso han creado, una religión, una pseudociencia no muy diferente a la astrología o la quiromancia, y lo que es peor, nos enseñan desde hace cuarenta años que esa es la única verdad, nada mas. Y si buscamos otra alternativa… ¡El infierno! ¡El juicio final! ¡El apocalipsis!


Yo hace un par de años me fui de Chile. Espero no volver. Amo mi país, pero mi tiempo pasó y no hice nada. Y si lo hice, no sirvió. No me siento orgulloso de eso. Mi generación era una generación de mierda, que mas íbamos a hacer. Tengo confianza en la juventud nacida post-1990. Sin los miedos ni trancas de mi generación y la de mis padres. Ojalá. Y los nuevos economistas, los que vienen, realmente lo sean, pero también necesitamos gente que nos re-eduque, educación de verdad, no simple capacitación-formación, que nos vuelva a las raíces de la chilenidad, esa solidaridad espontánea, tan marketeada con la Teletón, y que triunfe el feminismo, las comunidades, la multi-etnicidad mapuche-chilena, las juntas de vecinos, el sindicalismo, las PYMES, los pequeños agricultores, la democracia, la República, y se escriba una Constitución de verdad, que realmente represente la realidad y los anhelos del país...Y que todos finalmente empujen ente carro oxidado a un verdadero desarrollo, y no a ese subdesarrollo exitoso (Palabras de Mirko Macari) que nos han impuesto por la violencia militar e institucional. Y por fin, seamos ciudadanos de derecho, y no meros consumidores bajo este odioso cartel económico y político que nos ha malgobernado desde 1973.

viernes, 24 de agosto de 2012

Guzmán: el Genio del Mal

Resulta curioso, dentro del contexto de las movilizaciones sociales en Chile de los últimos años, con la constante crítica del sistema, la falta de discusión relacionada al origen de los problemas y complejidades que enfrenta el Chile de hoy, y la aplicación de enfoques de corto plazo tanto a futuro como al pasado, por parte de los actores enfrentados, especialmente desde la derecha recalcitrante, y de los mismo líderes estudiantiles o sociales. La falta de conciencia histórica podría ser explicada por la misma educación imperante en Chile, eduación ejercida sobre toda la sociedad, basada en los mismos principios cortoplacistas del régimen económico imperante.
En este sentido, si bien observo que los dirigentes sociales tienen una idea de que los graves problemas que Chile enfrenta hoy provienen de las descisiones impuestas principalmente en la dictadura, falta una cohesión en el discurso para unir las piezas y llegar a las claves del entramado politico, económico y social que nos legó la Dictadura de Innombrable.
Dentro de todo esto, cabe señalar en partcular, la poca conciencia que tiene la moderna sociedad chilena del papel clave jugado por Jaime Guzmán, quizá, a mi gusto, el personaje más importante de la política chilena de los últimos 30 años. Y no lo digo por ser un admirador de él, si no que todo contrario, su legado, ocultado al gran público, es una de las grandes cartas que aún posee la derecha recalcitrante para mantener las bases del sistema.
Y tengo esperanzas de que en las próximas décadas los futuros historiadores sean capaces de develar el gran velo que oculta la obra de este siniestro personaje. ¿Quién era Jaime Guzmán? La respuesta usual de cualquier chileno promedio sería obvia "Ni idea...", pero saltándonos esa obvia respuesta, la siguiente sería “El fundador de la UDI, senador asesinado por terroristas en 1991”. Hasta ahí, nada tan espectacular, pero nos lleva a dos preguntas fundamentales: ¿Qué es la UDI? Y segundo ¿Porqué los asesinaron? Muchos pasan por alto la figura de Guzmán, a sabiendas o no, prefiriendo mantener la idea de un personaje de bajo perfil, de aspecto cobardón, con anteojos gigantes y esa voz delgada casi femenina que a primeras no asustaba a nadie. Esa es la imagen que recuerdo de mi infancia, imagen que he ido cambiando con los años a medida que conozca más el horroroso legado de su vida. Para mí es el personaje determinante de la realidad nacional actual. Muchos dicen que no, es Pinochet el personaje, que para bien o para mal, ha marcado el país a sangre y fuego. Puede ser, pero analizando las consecuencias de las cosas, Pinochet fué solamente la cortina de humo, el palo blanco, el instrumento utilizado por Guzmán para imponer su ideario político al resto del país. Ese mismo bajo perfil es lo que lo protege hasta el día de hoy, ya que finalmente él sería la mano negra, que desde las sombras, moldeó las estructuras fundamentales del Chile del siglo XXI. Nació un día cualquiera de 1946, en Santiago (Era que no...) en el seno de una influyente familia chilena. Formado en una profunda educación religiosa, se tituló de abogado en la Universidad Católica en 1968.
En su época de estudiante, se opuso al movimiento estudiantil de 1967 y hasta intentó tomarse la Universidad para revertir las reformas. De esa época se convertiría en el fundador del Gremialismo, la base política de la futura Unión Demócrata Independiente (UDI).
Sin embargo, su salto al olimpo de la historia chilena ocurriría junto al Golpe Militar de 1973. Llamado a la comisión Ortúzar, se le encomendó junto a otros intelectuales afines a la derecha tradicional, a redactar una nueva Constitución. Lo cual era obvio, el objetivo esgrimido por la Junta para justificar su actuar era “El orden institucional quebrantado”.
Y esta es la médula del asunto. ¿Qué entendía la derecha pinochetista por restaurar un orden institucional quebrantado? Necesariamente debemos hacer un breve repaso de la historia institucional de Chile.
Los sucesos de 1973 deben analizarse en retrospectiva: que ocurrió en las decadas anteriores en Chile para desencadenar lo sucedido. Desde mi particular punto de vista, el quiebre institucional al que alude la derecha no ocurrió en 1973. Ocurrió en 1925. Porque a partir de ese año las instituciones empiezan a cambiar de dirección, hacia un crecimiento social distinto al del siglo precedente, y que finalmente constrapuso las bases fundamentales en un enfrentamiento de sobrevivencia. Sobrevivencia de la clase dominate tradicional, obviamente.
El Chile previo al que me refiero no es otro que el creado por Diego Portales en la década de 1830. Las historia oficial nos habla que con él se acabo el período de anarquía, especialmente el desprestigiado federalismo, y a través del establecimiento de un régimen cuasi dictatorial, se “salvó” a Chile de los grandes problemas del resto de Latinoamérica: el caudillismo y el populismo. Teniendo en cuenta, que esta visión “oficial” de las cosas, es la que han escrito en los libros de historia los mismo historiadores afines a la aristocracia y la burguesía nacional.
La verdad es que los primeros cien años de Chile fueron una pugna entre liberales y conservadores, dos grupos provenientes de la misma clase dirigente, pero con ideas opuestas de como administrar el país. Para unos, un fundo patronal igual al régimen colonial, y para los otros, lo mismo, pero con una puerta de apertura a la democratización, laicisimo y educación de las masas. Varias guerras civiles en medio, finalmente los liberales logran la supremacía desde 1860, sólo para ser destruidos por el conservadurismo patronal, en aquél deleznable período de estancamiento social llamado “Parlamentarismo”. Que de parlamentario era una especia de sistema Westminster, pero sin la Cámara de los Comunes... sólo los “Lords” chilenos, conocidos por todos como los mismos de siempre.
El estancamiento propulsó el surgimiento de un movimiento obrero y campesino que llevaría el final de este régimen en 1925, inaugurando un nuevo período anárquico hasta la llegada de los gobiernos radicales, o sea, socialdemócratas que supusieron por fin, el avance social, político y económico que necesitaba el país desde hacía un siglo atrás. Especialmente la industrialización olvidada por siempre por los grandes propietarios.
Pero como todo, el sistema se agotó, llegando nuevamente la derecha al poder con Alessandri. Un gobierno que no aportó nada y no supo lidiar con las necesidades que exigía el país. Entendiendo que el país había avanzado, y que un conservadurismo anticuado sería incapaz de superar.
Es así como llega Frei padre a La Moneda, apoyado por todos en desmedro de la Izquierda, ya que con su discurso moderado, prometía realizar las grandes reformas requeridas por Chile. En especial, la olvidada reforma agraria.
Las reformas dejaron a la mitad del país ampliamente instisfecho, el bloqueo de los grupos oligárquicos y conservadores, incluyendo a la Iglesia, impidieron cumplir el grueso de las promesas, lo que posibilitó la llegada de la Unidad Popular al poder. La frustración de las masas es lo que instaló el socialismo en La Moneda. Ni Kruzhev, ni Fidel. La gente requería un cambio, y el socialismo era la alternativa aplazada desde 1931, en la efímera “República Socialista de Chile”.
Este ciclo de extremización de las posiciones se puede explicar por la necesidad imperiosa de cambios, enfrentada a una recalcitrante idea de impedirlo, por parte de la derecha mas extrema. La radicalización estaba a la vuelta de la esquina. Y lo que pudo haberse arregrado décadas atrás por alguna política mas consensuada, se transformo el la certeza de la derecha de enfrentarse a su propia extinción. Un miedo mas paranoico que real, pero que influyó en tomar el curso de siempre: llamar a la Milicia a poner orden. Como tantas veces.
Por lo tanto, este “quiebre institucional”, interpretado por la aristocracia y la burguesía como el quiebre del sistema que defendieron desde siempre, debía ser enmendado por una medida radical, tan radical como el quiebre al que se había llegado. Es así, como se determina que la solución, no era dar solución a las demandas que la sociedad requería desde hacía décadas, si no que “refundar” el país, desde sus cimientos, y con una base lo suficientemente sólida para trascender a cualquier gobierno futuro.
En mi opinión, básicamente, esto se tradujo en borrar, de un plumazo, todas las conquistas sociales, políticas y económicas del país desde 1830, que con tanto sudor y sangre la sociedad debió pagar, pero una refundación acorde a los nuevos tiempos, y con posibilidades de sobrevivir en el largo plazo.
Me referí al principio al régimen portaliano. Pues bien, no es desconocida la admiración que la comisión Ortúzar tenía por esa parte de la historia. La idea de “orden” portaliano, un gobierno fuerte, centralizado, un autoritarismo con ribetes “democráticos”, un presidencialismo que le otorga al mandatario las atribuciones de un cuasi-rey...
Usted está loco, me diría alguien: léan el preámbulo de la Constitucion original de 1980, y entenderá de lo que hablo.
Pero en 1973 se vivían nuevos tiempos. La sociedad patronal y rural de 1830 no existía, el campesinado había disfrutado la distribución de tierras de Frei y Allende, los socialdemócratas habían creado en los años 1940 y 1950 una base industrial, y la economía mundial vivía un proceso de integración económica a través del comercio, y financiero, producto del abandono de Nixon de los acuerdos de Bretton Woods. Había que considerar esa parte.
Es así como asistimos a un triple proyecto derechista en los año 1970. Inmediatamente el Sr.Escribá de Balaguer aparece en Chile a plantar la semilla de su organización religiosa, el Opus Dei. Se abren de par en par las puertas a los Chicago Boys, para instaurar un nuevo régimen económico. Tiempo después Friedmann y Hayek aparecerían en persona a "aconsejar" a los nuevos gobernantes. Y se crea la comisión Ortúzar, destinada a dar el marco legal para soportar el nuevo Chile que se estaba creando: Conservador en su política, Neoliberal en su economía y retrógrado en su moralidad.
Y así es como aparece la figura de Jaime Guzmán, llamado ser el pegamento que amalgamaría esta triple fundación.
Todos conocemos la actuación de Pinochet. El sería el perro guardián del nuevo sistema, en encargado de dar “tranquilidad” a la oligarquía mientras ellos enunciaban su nueva obra.
Pero el estaría lejos de ser el ideólogo.
Guzmán, es finalmente, la clave para entender a la derecha y el sistema político de hoy, esa moralidad religiosa conbinada con el sistema economico mas injusto, justificado y defendido por el régimen político y legal creado por ellos mismos.
Posterior al cuestionado plebiscito de 1980, sin observadores electorales, sin colegio electoral, sin padrón, Guzmán se dedicaría a crear el mecanismo que se encargara de proteger políticamente su obra. Legalmente, ya estaba asegurado, pero necesitaba organizar en el largo plazo los defensores de la Constitución y el entramado económico-legal de la dictadura. Y esta organización no es otra que la UDI.
Y el mecanismo para perpetuar la UDI y evitar el fin del régimen... el sistema binominal, invento único y diabólicamente genial.
Recordado es el vínculo entre el gremialismo y la Colonia Dignidad de Paul Schaeffer. Y ahí él daba clases a sus acólitos, los futuros soldados del ejército político que es la UDI.
Han pasado mas de veinte años desde la salida de Pinochet. Una salida consensuada, con el dictador saliendo sonriente de La Moneda. Técnicamente, solamente cruzó la calle. Atravesó la Alameda de Santiago y entró a la Comandancia en Jefe del Ejército, justo al frente. Veinte años en que se han realizado avances, meros maquillajes que en algo han ayudado, pero en ningún caso, han cambiado las bases del sistema.
Por todo eso, Jaime Guzmán es el más grande genio político de los últimos 40 años. Y a veinte años de su muerte, seguimos viviendo, respirando y soportando el régimen que él instauró.

martes, 4 de octubre de 2011

Alexis Sanchez, símbolo del neoliberalismo


El fútbol es un deporte hermoso, que nos obliga a desarrollar valores como el trabajo en equipo, el compañerismo, la amistad, la solidaridad. Como cualquier deporte de equipo, la unión de los miembros es vital para el éxito del conjunto.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, y quizás como consecuencia del profesionalismo, y la necesidad de obtener auspicios y financistas, se ha ido agregando paulatinamente otro tipo de valores, de creencias y deseos contenidos y creados en la gente alrededor del fútbol. Como si el planeta fútbol fuese un mundo aparte fuera de la sociedad real, se nos ha impuesto, o mejor dicho, se le ha transformado en un nuevo medio de presión sobre las masas, en una nueva forma de opresión a través del embrutecimiento y la estupidez social.
Y es que en una tendencia transversal a cualquier éxito deportivo, pareciese que las grandes estrellas del deporte cada vez son mas servidores de los medios de comunicación, que a su vez, son esclavos de las fuerzas fácticas que realmente nos orientan y "educan" diariamente según sus propósitos.
Mientras las protestas estudiantiles arreciaban en Chile, TVN nos presenta en Informe Especial un reportaje de “última hora” sobre Alexis Sanchez y su llegada a Barcelona (Sacando de súbito un reportaje del terremoto en Japón). La transferencia de Alexis, titular indiscutido en la televisión, radio y prensa escrita. Las especulaciones sobre el futuro contrato de Alexis, primera plana en todos los noticiarios. Alexis se puede ir a Manchester City, titular. Alexis se va a Barcelona, titular. Alexis se va a Juventus, titular. Un mes completo de idiotización mediática, con Alexis de señuelo.
Mientras tanto, importantes informaciones pasaron diluidas por completo. Aparentemente, la crisis estudiantil, el conflicto mapuche, el conflicto en Rapa Nui, el veto de muchos alcades de derecha a los anticonceptivos en los consultorios, y tantos temas necesarios de debatir y resolver, no existían. Simplemente, Alexis es el símbolo del muchacho pobre, que con esfuerzo y gracias a su talento sale adelante y accede al sueño de ser uno de los afortunados de nuestra sociedad.
Porque eso es lo que tratan de "encajarnos" a la fuerza o por la razón de la sin razón. Todos, si seguimos el ejemplo de Alexis, podemos llegar a la cúspide, independiente de la cuna o la familia en que te tocó nacer. Chile es un país de oportunidades, y si no tocas la cima, es simplemente porque te esforzaste poco. Eres un flojo, un haragán y un perdedor. Solamente los talentosos llegan al cielo. Y si no está ahí, es porque no lo mereces.
Alexis no tiene la culpa. Simplemente es víctima (sin saberlo) del neoliberalismo. Porque la principal fuente de éxito del neoliberalismo extremo -modelo Chicago boy- que vivimos es la educación.
Si, desde el punto de vista neoliberal, Chile es un éxito. Porque el éxito se mide en base a los objetivos propuestos. El objetivo del neoliberalismo en Chile y el mundo, es, fue y será, MANTENER el statu-quo de los propietarios del capital. Mantener la desigualdad ente los patrones y los trabajadores, dentro de un mismo país, y mantener la desigualdad entre países, a nivel global. Algunos países son aportantes de materia prima, y otros, productores de bienes finales. Y otros, son los dueños del capital. Así funciona. Las relaciones asimétricas deben mantenerse, para mantener el entramado en pie. Cualquier cambio, es malo, es malo para la "economia", ya que la homologación de estándar de vida entre países, y al interior de los países, diluye la estructura jerárquica necesaria para que el sistema funcione, y "crezca", ad infinitum.
Así, desde un punto de vista social, desigualdad, discriminación y pobreza son un fracaso. Pero esos no son los objetivos que persigue nuestro modelo económico. Son parte necesaria e integrante del éxito del sistema. Su eliminación, es negar el sistema que tenemos. No existe una economía social, existe, y repito majaderamente, una economía de mercado neoliberal. Economía social de mercado puede que exista en Suecia o Finlandia. Según sus estándares, somos un fracaso como sociedad. Pero no para nosotros. Somos un producto exitoso, y además, exportable.
Y la "educación" es parte fundamental. y Alexis, es parte de nuestro sistema educacional. La educación no se imparte en las escuelas o universidades. Ahí solamente se imparte "capacitación", diferenciada según lo que el sistema neoliberal ha definido como objetivos educativos: la élite recibe educación para asumir su función de élite. El pueblo llano, recibe capacitación para llenar los puestos de trabajo necesarios para mantener el sistema (Sean obreros, técnicos o profesionales). La verdadera educación neoliberal está en la televisión, la prensa y la radio. Porque los valores neoliberales (competencia, envidia, consumo) nos son entregados a diario a través de ellos.
Y sí, Alexis es nuestro profesor y maestro. Nuestro punto de referencia. Debemos ser somo él.
Cualquier alusíon a igualdad, dignidad, solidaridad o equidad, no caben dentro del esquema. Son valores de ociosos, perdedores y mal educados. Los valores de la élite, son los valores que todos debemos venerar y seguir.
Nietzsche tenía razón. Los valores de los fuertes son los defectos de los débiles, y viceversa.

Y Chile, es un país donde rige solamente, la ley del más fuerte.

Somos una mala copia de U.S.A. Los sueños de Pinochet y Guzmán se han cumplido.

Pero insisto. Alexis no es el culpable. Simplemente, él hace lo que el sistema le ha ordenado hacer. Es una tuerca, una víctima, un engranaje mas de nuestra sociedad.